Al momento de crear un sitio web, hay algunos servicios a los que debe dar prioridad. El alojamiento web es uno de ellos. Existen varios tipos que se adecúan a cada necesidad. En esta breve guía vamos a contarle todo lo que debe saber sobre cada tipo de hosting.
Antes de empezar, ¿qué es un alojamiento web?
Para poder entender bien cada uno de los tipos de alojamientos web, es necesario que tenga en claro de qué se trata este servicio. El alojamiento, también conocido como hosting, es un servicio que se encarga de almacenar un sitio web y todos los datos que ellos contienen para que esté disponible en el mundo online.
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El hosting actúa a través de servidores que pueden ser físicos o virtuales. Estas son máquinas con mucha capacidad de almacenamiento, que se encuentran ubicadas en diversos lugares del mundo. De la cercanía depende, en parte, el funcionamiento del alojamiento en sí. Es por esto que existen servicios en todos los países. Por ejemplo, se puede contratar un hosting web en Colombia o en Argentina.
Ahora, volviendo a la importancia de este servicio, el hosting es el encargado de que una web esté accesible en internet. Si el alojamiento falla, ningún usuario podrá acceder al sitio para navegarlo. Esto hace que sea fundamental elegir el adecuado.
Tipos de alojamiento web
Como ya se mencionó, no todos los hosting son iguales. Existen distintos tipos de alojamiento web:
Compartido
El hosting compartido es, tal como dice su nombre, aquel donde se comparten los recursos de un servidor. Básicamente, existe un sólo servidor físico que se comparte con diversos usuarios.
Cuando decimos que se comparten los recursos, nos referimos a la memoria RAM, el CPU, el ancho de banda, el procesador, la dirección IP, entre otras cosas. Todos estos recursos son utilizados por los diversos usuarios sin ningún tipo de división. Esto quiere decir que, si uno de los sitios web recibe un aumento de tráfico inesperado, el resto de los usuarios se verán afectados por esta suba.
Este tipo de hosting es ideal para los que están empezando, dado que no necesita muchos conocimientos técnicos, lo que hace que sea fácil de mantener. Además, es el tipo de hosting más económico.
Dedicado
Podríamos decir que esto es lo opuesto a un hosting compartido. En este caso, el servidor es exclusivo de un solo cliente. Todos los recursos son para un único proyecto. Esto hace que no se corran riesgos con los recursos y, además, al ser de uso privado, es mucho más seguro.
Estos tipos de alojamientos web son muy flexibles. Al tener total acceso a la configuración, se puede customizar a gusto y necesidad de la persona que lo contrata. Es uno de los planes ideales para grandes empresas debido a que el excelente rendimiento está asegurado.
Todos estos beneficios se pagan caro. El alojamiento dedicado es uno de los más caros del mercado, aunque vale la pena pagarlo para aquellos que pueden hacerlo.
VPS
El alojamiento VPS es una mezcla entre el compartido y el dedicado. Para empezar, VPS son las siglas de Virtual Private Server (servidor virtual privado, en español). Se trata de un servidor físico que, mediante un proceso digital, es dividido en pequeños servidores privados e independientes.
¿Por qué decimos que es una mezcla? Porque se comparte un mismo servidor físico, pero tiene las características de un servidor dedicado. No se comparten recursos, por lo que no se verá afectado por el tráfico de los otros usuarios. Lo negativo es que siguen siendo una parte de los recursos del servidor, es decir que no es tan potente como un dedicado.
El alojamiento VPS es uno de los preferidos de los usuarios. Tiene la mejor relación precio/calidad.
Cloud Hosting
Una de las soluciones de alojamiento que ofrece el Cloud Computing es el hosting en la nube. ¿De qué se trata? Básicamente, es una red de servidores que se conectan entre sí en la nube. Esto quiere decir que el sitio no se aloja en un solo servidor, si no que se encuentra distribuido en muchos.
El alojamiento web en la nube es la mejor opción que hay. Esto se debe a que la seguridad web es mayor y, además, no se corre riesgo de perder la información en caso de que falle el servidor.
Este tipo de servicio es muy flexible. Además, en cuanto a costo, se cobra solo los recursos que se gastan. Esto quiere decir que si un mes consume menos recursos, el costo será menor. Lo malo es que la instalación es bastante cara y se requieren conocimientos técnicos avanzados.
Estos son los cuatro tipos de alojamientos web existentes. Cada uno tiene sus puntos fuertes y algunas desventajas. La idea es que puedas conocer de qué se tratan para poder elegir de forma correcta. Recuerda la importancia que tiene el servicio de hosting para un sitio web, no tomes esta decisión a la ligera.
