Recientes estudios aseguran que la actividad física es una alternativa natural y segura para combatir la depresión, el trastorno de salud mental que más prevalece en el mundo hoy en día.
Durante años la ciencia ha demostrado que hacer ejercicio ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar patologías como cáncer, diabetes, obesidad o afecciones cardíacas, además de su ayuda a prolongar la expectativa de vida. Sin embargo, en la actualidad se habla de los beneficios que el ejercicio ofrece para la salud mental. Se estima que el 25 % de la población mundial padece uno o más trastornos de este tipo durante su vida.
Aunque la mayoría de personas conscientes de estas afectaciones se someten a psicoterapia y también a tomar antidepresivos para tratarla, hallazgos científicos han revelado que el ejercicio es una forma muy eficaz para prevenir y combatir este mal, que según la Asociación Mundial de Psiquiatría, será la enfermedad más frecuente en el mundo en el 2020, incluso por encima de los índices de enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
La depresión se caracteriza por provocar un bajonazo persistente en el estado anímico o una pérdida del interés por actividades placenteras. También produce insomnio, fatiga, poca concentración. Entre las múltiples opciones de tratamiento, una gran cantidad de pacientes diagnosticados con patologías mentales se beneficiaron del ejercicio tanto o más que de los fármacos.
Según investigaciones recientes, la actividad física promueve el crecimiento de nuevas células cerebrales, refuerza la autoestima, fortalece la respuesta bioquímica del organismo al estrés, e inclusive hace un contrapeso al riesgo genético de desarrollar este u otros trastornos mentales. Los expertos afirman que el ejercicio imita en cierto modo los efectos químicos que producen los antidepresivos.
Desde el momento en que una persona comienza a correr, pedalear o levantar pesas, la química del cuerpo comienza a cambiar, pues aumenta la frecuencia cardiaca, la sangre se oxigena y el organismo comienza a producir hormonas y sustancias como las endorfinas, que son precursoras de los neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo. El ejercicio también sirve para regular el apetito y los ciclos del sueño, y elimina los pensamientos negativos, lo que a la postre ayuda a disminuir los síntomas de la depresión.
Un informe presentado por la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de los Estados Unidos, para el cual se les hizo seguimiento a 200 mil voluntarios, revelo que las personas activas son 45 por ciento menos propensas a ser depresivas que las sedentarias. Es por esta razón hay que buscar espacio entre los 1.440 minutos que tiene un día, mínimo 30 para hacer ejercicio.
