Hoy el mundo conmemora la enfermedad degenerativa conocida como Alzhéimer, producida por “depósitos de proteínas de basura que intoxican las neuronas cerebrales y las destruyen”.
Hace más de 100 años aparecieron los primeros reportes en la literatura científica. Desde entonces, la ciencia no ha parado de indagar sobre las causas, consecuencias y, sobre todo, la cura.
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Es una enfermedad irreversible y que actualmente no cuenta con ningún tratamiento curativo. Es una enfermedad que afecta al cerebro, especialmente la función de la memoria
explicó David Aguillon, coordinador médico del grupo de investigación Neurociencias de Antioquia y docente de la UdeA.
Los estudios científicos han comprobado que, una vez se presentan los síntomas, es porque la enfermedad ha recorrido bastantes años; además, que todo episodio de olvido no compromete al Alzhéimer.
Según Aguillon, cada vez se ha escuchado más a este concepto porque el mundo tiende a tener una mayor expectativa de vida y, en ese sentido, se convierte en uno de los principales factores de riesgo.
Con base en las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, en 2050 la cifra mundial de personas diagnosticadas con esta enfermedad podría alcanzar los 152 millones de habitantes.
¿Qué genera el Alzhéimer?
No hay una única causa. La enfermedad neurológica es generada por una amplia cantidad de factores prevenibles y elementos genéticos.
Las personas con obesidad, diabetes, problemas de colesterol, sedentarismo, poca actividad cognitiva, traumas en la cabeza e infecciones, podrían potenciar al Alzhéimer.
Sumadas, pueden ser la causante de la enfermedad
indicó el neurólogo de la Universidad de Antioquia.
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En los casos que se han diagnosticado, en el 99 % de las situaciones redundan estos síntomas y, en los demás, la fuente de la enfermedad es la genética.
Las primeras alertas
En buena parte de los casos que se han diagnosticado, el común denominador -al inicio de la enfermedad- es la pérdida de memoria episódica. Es decir, situaciones específicas cotidianas que se van pasando por alto. El neurólogo Aguillon lo ilustró de la siguiente manera:
No logramos recordar episodios recientes como sucesos, conversaciones, medicamentos, cosas que tenemos que hacer día a día, pero que se olvidan
dijo David Aguillon.
Él considera que cuando estos síntomas se presentan en personas mayores de 60 años hay que acudir a una revisión médica; sin embargo, todo acto de olvido no es asociado con el Alzhéimer.
Prevención primaria
En la comunidad científica hay un acuerdo respecto a afirmar que la enfermedad no inicia cuando se manifiesta la pérdida de la memoria, sino que antes, entre los 20 y 25 años, comienzan los cambios en el cerebro.
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Por eso la clave está en la prevención, porque desde la juventud, e incluso la niñez, se pueden disminuir los riesgos de desarrollar la enfermedad degenerativa.
Desde este momento, uno debería pensar cuál es la vejez que yo quiero vivir
comentó el científico.
Así las cosas, promulgar desde los primeros años de vida hábitos saludables entre la actividad física y la alimentación, podrían darle buenos resultados cuando alcance la adultez. Además, es fundamental realizar una actividad cognitiva exigente y "procurar evitar que todo lo solucione la tecnología sin intentar uno mismo favorecer la actividad cerebral", agregó el médico.
¿Y la cura?
Uno de los objetivos mundiales es encontrar una cura para retrasar o evitar el Alzhéimer. No obstante, no se ha podido desarrollar porque siempre que se busca una intervención el cerebro ha perdido -metafóricamente- mucha cancha.
El momento en el que se ha intervenido es cuando ya hay quejas de memoria, y eso implica que el cerebro ya ha sido muy aporreado y revertir ese daño prácticamente es imposible
concluyó el especialista, David Aguillon.
O sea, el motivo por el cual han fallado los ensayos clínicos es por el momento en el que se hace el tratamiento. Ahora, la tendencia investigativa está enfocada en ir más atrás, antes que inicien los síntomas.
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