Con el número 17 en la espalda y a falta de cinco minutos para concluir el juego entre Leones de Itagüí y Deportivo Pereira, Santiago Arroyave ingresó al terreno de juego y cumplió el sueño de debutar como profesional en el fútbol colombiano.
El joven de 18 años entrena desde el 2014 con el equipo antioqueño, y a pesar de sufrir una focomelia, malformación de nacimiento que consiste en la ausencia de los huesos y músculos en miembros superior o inferior, fue elegido por el entrenador Juan Carlos Álvarez para jugar en un partido oficial.
“He luchado por esto, he pasado por momentos difíciles pero gracias a Dios estoy acá. Soy muy agradecido con Dios y la vida por esta oportunidad que me da”, manifestó el volante zurdo, quien se declara admirador de Lionel Messi y James Rodríguez.
Su discapacidad es de nacimiento. Sus padres Olga Cañas y Norbey Arroyave habían decidido no tener más de dos hijos y por eso su madre decidió hacerse una ligadura de trompas. Sin embargo, con el paso del tiempo, Olga comenzó a sentir dolores y luego de visitar al médico comprobó que estaba embarazada.
La noticia los tomó por sorpresa, aún más cuando conocieron que su nuevo hijo no tenía brazo izquierdo, debido a que la anestesia que le pusieron a Olga en la cirugía, perjudicó al bebé. Nació Santiago y con el paso del tiempo el nuevo integrante de la familia Arroyave Cañas aprendió fácilmente a relacionarse con las demás personas y a regatear en las canchas de fútbol.
Precisamente, su talento, técnica y precisión en los pases, le permitieron entrar a las divisiones menores de Leones, y a pesar de su diferencia física logró tener un lugar en el equipo profesional, recibir la confianza de sus entrenadores y convertirse en ejemplo para muchas personas.
Cada mañana sale de su casa en Bello, se monta a un vehículo de servicio público y llega a Itagüí para entrenar. Aunque ya debutó como profesional, Santiago espera seguir teniendo minutos, afianzarse en el equipo y demostrar que las limitaciones solo están en la mente.