Este jueves, Sara Ramírez, gerente general de Airplan, concesionario encargado de operar el Aeropuerto José María Córdova, explicó cuál es la proyección del aeropuerto a 2036 y la necesidad de un “desarrollo armónico” conjunto con entidades de la región.
“Cuando se trata de pensar a más de 20 años la proyección del aeropuerto, se tiene que pensar en un desarrollo armónico. No solo infraestructura aeroportuaria, sino en todo lo que compone una región de más de cuatro millones de habitantes”, mencionó la Gerente, haciendo referencia a “la restricción vial que tiene el Valle de San Nicolás, y que es conocida por todos. Debe empezar a pensarse en este caso desde la ampliación del aeropuerto, pero también desde lo que ello trae en la región”.
¿Qué es el Plan Maestro?
Plan Maestro fue el nombre que se definió para la estructura aeroportuaria utilizada como “instrumento de ordenación interna planteada en un escenario determinado, que puede mirarse incluso hacia 50 años”. Este plan de trabajo debe revisarse cada cinco años, con la intención de ajustarlo, si es necesario, de acuerdo a los cambios externos que puedan incidir en él. Todos los aeropuertos del mundo deben tenerlo y adminístralo, puesto que esto “hace que la infraestructura de los aeropuertos perdure”, aseguró Sara.
Así las cosas, el Plan Maestro, guía del Aeropuerto José María Córdova, alberga la proyección y los retos del aeropuerto a 2036.
Los grandes cambios para el aeropuerto a 2036
Estructuralmente, siguiendo la proyección propuesta, y en su máxima capacidad, para el año 2036 la terminal aérea contaría con:
- Una segunda pista paralela a la actual de 3.000 metros de longitud, con una distancia entre ellas de 1.5 Kilómetros, adicional a una calle de rodaje y un nuevo terminal de pasajeros que estaría conectado al actual.
- El edificio actual tendría una capacidad para atender hasta 14 millones de pasajeros al año.
- La actual arquitectura se vería modificada: expansión del terminal de carga para absorber la capacidad del terminal, y plataformas de parqueo que permitan 75 posiciones para las aeronaves. También habrían más calles y estaciones de combustible.
Nuevas vías y el Túnel de Oriente
Según la Gerente del concesionario, “tenemos un bache en la interacción entre instituciones”, puesto que el aeropuerto pronostica un gran crecimiento y demanda. Esta realidad posiciona la necesidad de nuevas vías. “Nuevas vías que no hacen parte del objeto del aeropuerto, no nos compete a nosotros planificar esas vías de acceso”.
Para lograr el “desarrollo armónico” de la región, “se requiere la interacción con instituciones nacionales, pues Rionegro no tiene que soportar solo la carga. Es una conexión entre valles con infraestructura suprarregional y se necesita la cooperación de todos”.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, la Aeronáutica Civil, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), el municipio de Rionegro y el departamento, son los entes que Sara señala oportunos reunir, junto al Aeropuerto JMC, para apuntarle a la “coordinación para los nuevos corredores, porque no basta con el Túnel de Oriente. El túnel suple la demanda actual, pero no el pronóstico”, concluyó Ramírez.