Imaginen por un momento tener 11 años de edad y pasarse toda la adolescencia en clínicas y hospitales a causa de accidentes por la práctica de Gravity Bike. Esa es la historia de “Tifanny” —como ella prefiere que la llamen—, quien desde niña ha sufrido las consecuencias de este mal llamado deporte.
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En la actualidad, “Tifanny” tiene 19 años, y, en una emotiva charla con MiOriente, quiso contar detalles, anécdotas, situaciones difíciles y todo lo que ha vivido en el mundo del Gravity Bike, una práctica que le ha dejado muchas pérdidas y lesiones irreversibles.
A los 11 años, mi hermano me mostró el Gravity y me encantó. No le quiero echar la culpa, pero sí fue el que me llevó, una vez, y desde eso cambió todo, me desordené en el colegio, ya no era la misma
dijo la joven, quien es de Rionegro, pero actualmente reside en La Unión.
“Tifanny” recuerda como si fuera ayer el día en que sufrió su primer accidente. “Iba descolgando por el basurero (La Unión) con un amigo. Ninguno [de los dos] sabía cómo era, solo éramos dos loquitos que no llevábamos el control”, dice la joven, quien en los últimos ocho años ha sido intervenida quirúrgicamente más de 10 veces.
Y agregó: “Tengo tres vértebras de la columna quebradas, casi toda mi cara la tengo fracturada; por donde me toco tengo tornillos y placas. También tengo más de siete cirugías en el brazo; y las que me faltan, porque no he podido reunir la plata para ir al médico, pero sé que me faltan más”.
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Además de sus lesiones, “Tifanny” ha perdido a más de 24 amigos en las carreteras del Oriente. Al tratar de recordar a varios de ellos, la nostalgia la invade y por un momento no es capaz de continuar contando la historia.
Una vez iba con Christopher y al parcero una buseta le estripó la mano —no recuerdo si era la izquierda o la derecha—. Ese fue el día de las 10 cirugías que tuve; fue muy difícil porque los médicos decían que ese mismo día me moría
puntualizó.
Mensaje de la protagonista
“Tifanny” está viva de milagro. Es así. Ella ha estado cerca de la muerte en varias oportunidades, y aunque su familia la trató de persuadir para que no siguiera practicando Gravity Bike, hizo siempre caso omiso.
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Sin embargo, agradece los mil regaños que recibió por parte de su mamá, pues de lo contrario ya no estaría contando la historia. Además, aprovechó para enviar un mensaje a los jóvenes que “descuelgan” por las diferentes vías de la región:
Mi consejo es que recapaciten. Yo no soy nadie para decirles que lo dejen de practicar, pero no me gustaría que les pasara lo mismo. Más de 24 amigos se han muerto y la que queda sufriendo es la familia, la mamá. Piensen más, por favor
concluyó la joven.
En la actualidad, “Tifanny” cuenta que ya no practica el Gravity —aunque lo admira desde lejos—, pues no quiere volver a poner en peligro su vida por unos segundos de adrenalina.
