Un equipo de veterinarios de Cornare tiene a su deber, desde hace meses, una de las operaciones quirúrgicas más desafiantes: la castración de un hipopótamo salvaje. Recordemos que este procedimiento es una de las vías contempladas en el plan para controlar la población de esta especie invasora.

Según un informe publicado por Los Informantes, la operación comienza con la preparación meticulosa del equipo y el entorno. Los veterinarios necesitan varias herramientas y suministros, incluyendo un rifle de dardos, pipetas de oxígeno, un monitor multiparámetro y mangueras para suministrar oxígeno al animal.

  • El equipo de profesionales ha diseñado un corral trampa con vigas de acero enterradas a profundidad. Una vez que el hipopótamo entra al corral, queda encerrado con comida y un pantano para mantenerlo lo menos estresado posible. La operación se realiza de noche para evitar que las altas temperaturas del día afecten al animal.

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    La primera etapa es la sedación: se necesita administrar 10 dosis de un potente sedante para dormir al animal. Después el proceso quirúrgico comienza con la introducción de una manguera de oxígeno y sedantes en la enorme boca del hipopótamo. La cavidad oral del hipopótamo, extremadamente grande y profunda, requiere que el veterinario introduzca el brazo completamente para asegurar el flujo adecuado de oxígeno.

    El siguiente paso es la incisión. El cirujano utiliza un electrobisturí para atravesar la coraza epidérmica del animal. En los machos, los testículos se encuentran subcutáneos, lo que facilita su localización y extracción. En contraste, en las hembras, los testículos están dentro de la cavidad abdominal, complicando el procedimiento.

    Una vez extraídos los testículos, se realizan suturas en los conductos testiculares y en la abertura abdominal. El equipo también administra antibióticos y coloca una pequeña placa en una oreja del hipopótamo para identificarlo como castrado. La operación completa, desde la sedación hasta la recuperación, toma alrededor de ocho horas.

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    Después de la cirugía, el equipo se asegura de que el hipopótamo despierte y regrese al agua lo más pronto posible. Utilizan sonidos naturales y estímulos auditivos para ayudar al animal a despertar y moverse hacia el agua.

    En los últimos 10 meses, Cornare, junto con el Ministerio de Medio Ambiente, ha realizado 17 castraciones, con un total de 32 hipopótamos castrados desde el inicio del programa en Colombia en noviembre de 2023. Aunque estos esfuerzos representan un avance significativo, el problema de la sobrepoblación de hipopótamos sigue siendo complejo y costoso. Las opciones adicionales como la reubicación y el sacrificio siguen siendo temas de debate y requieren una planificación meticulosa.

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    El desafío de manejar una especie invasora como el hipopótamo en Colombia resalta la necesidad de soluciones innovadoras y el compromiso continuo de los equipos de conservación y autoridades ambientales. La operación quirúrgica, a pesar de sus complicaciones, representa un paso crucial hacia la mitigación de los impactos ambientales y sociales causados por estos gigantes africanos en tierras colombianas.