Votaré SI porque la firma del acuerdo final para la terminación del conflicto entre el gobierno nacional y las FARC realizada el pasado 24 de agosto de 2016, es tal vez el evento político más importante de los últimos cincuenta años en Colombia y de ganar el sí en el plebiscito marcará la vida de las próximas generaciones en el país y en la región.
Muchos esperamos este día. Algunos se murieron de viejos trabajando por la paz desde los años setenta y ochenta, a otros los mataron en la terrible arremetida paramilitar a partir de la mitad de los años ochenta, otros millones de víctimas - incluso de las FARC - por sus secuestros, tomas guerrilleras y asesinatos; en una mayoría abrumadora esperaban el día del acuerdo final.
“El SI es aceptación, posibilidad, oportunidad, alternativa y por supuesto riesgo, el No es negación, rechazo, incredulidad, negativismo, es un portazo a un futuro posible para Colombia, en un momento que el país y la región requieren esperanza y convicción para el futuro. Digo SI a la paz.”
Luego de una lectura reposada del acuerdo final se concluye que es un documento escrito a varias manos, que intenta no dejar cabos sueltos con siglas y precisiones jurídicas; tiene mucho de aspiración poética, es maximalista, preciso y normativo, pero simbólicamente es lo que mejor hemos hecho en Colombia en muchas décadas. Las 297 páginas del acuerdo son un documento de lectura obligada para los defensores y los detractores de la paz, contiene una hoja de ruta que abre las posibilidades para impulsar cambios necesarios en Colombia desde antes de que muchos de nosotros naciéramos: (Hacer una reforma rural integral, ampliar la democracia, garantías a la oposición, garantías para la movilización social, un enfoque de seguridad que proteja a las personas, un tratamiento diferente al problema de las drogas, un reconocimiento de las víctimas y una necesaria propuesta de justicia transicional.)
Algunos dicen que el acuerdo final sustituye la Constitución de 1991, sin embargo creo que por el contrario la desarrolla en los temas estructurales que Colombia y su dirigencia - que lleva toda la vida en el poder- no han podido realizar por ineficacia, el acuerdo final incluso en su prólogo alude al respeto y el espíritu de la constitución de 1991 y alude a ella en el cuerpo del texto de manera reiterada.
Por su puesto, como en todo proceso de paz el gobierno hace concesiones a los alzados en armas, participación en política, garantías jurídicas y económicas para la reinserción de las FARC a la vida civil, -Nada que no haya pasado en Suráfrica y Centroamérica en sus conflictos armados- y crea un sistema de justicia transicional que busca la verdad, la reparación y la no repetición, criticado por muchos per comparado con otros tiene grandes avances.
El día que los integrantes de las FARC aspiren a cargos públicos somos muchos los que con toda seguridad NO votaremos por ellos, pero si estamos seguros que después de este proceso de paz siempre será mejor un discurso que un disparo o una mina antipersona. Adicionalmente el acuerdo proscribe las armas de la política y eso es un triunfo para la sociedad Colombiana, ya no más la combinación de las formas de lucha venga de donde venga.
Debo confesar que como muchos y después de leer el acuerdo final, también tengo reservas, temores; (Ver: http://lasillavacia.com/historia/sapo-sapito-sapo-el-acuerdo-sobre-reincorporacion-de-las-farc-57688 ) pero no son los suficientemente grandes para negar la posibilidad de que la guerrilla más vieja del continente deje de dar bala, poner minas y secuestrar gente.
..También tengo reservas, temores; pero no son los suficientemente grandes para negar la posibilidad de que la guerrilla más vieja del continente deje de dar bala, poner minas y secuestrar gente.
No es cierto que Colombia se convierta al Castro chavismo – Concepto por demás con muchos vacíos – El acuerdo de paz tiene: “un trasfondo económico que va mucho más allá de los rifirrafes ideológicos entre enemigos y defensores del acuerdo, la realidad macroeconómica de Colombia viene mostrando que el país se ubica como economía emergente en los llamados CIVETS[2] junto con Indonesia, Vietnam, Egipto Turquía y Sudáfrica , y requiere acabar por la vía negociada el conflicto, para que el Producto Interno Bruto – PIB, suba mínimo 2 puntos, como lo demostró un estudio del PNUD y el Centro de Recursos para Análisis del Conflicto – CERAC, dicho de otro modo la elite industrial y financiera de Colombia – parte de ella en Antioquia – requiere poner a andar la economía nacional a través de los TLC firmados con Chile Estados Unidos Canadá, la Unión Europea, Corea del Sur, sumado a los que están en proceso. El trasfondo económico de la negociación es la necesidad de explotación de recursos naturales como cobre, carbón, coltan, entre otros; en las zonas donde han hecho presencia las guerrillas, para competir en el mercado internacional. Este proceso incluye por su puesto al Oriente Antioqueño con su potencial industrial y sus riquezas naturales[1]. El trasfondo económico de la negociación no es castro chavista – Si es que eso existe - es simple y llanamente capitalista
Respeto a los defensores del NO para el plebiscito no creo que sean guerreristas o paracos - algunos incluso son amigos entrañables -, tienen derecho a no estar de acuerdo, pero Votar por él SI en el plebiscito es un asunto que pasa incluso por lo semántico - que por trivial que parezca es vital- el SI es aceptación, posibilidad, oportunidad, alternativa y por supuesto riesgo, el NO es negación, rechazo, incredulidad, negativismo, es un portazo a un futuro posible para Colombia en un momento que el país requiere esperanza y convicción para el futuro. Digo SI a la paz.
Por: Luis Fernando Calle Viana
Sociólogo
[1] Tomado de. Calle Viana Luis Fernando. “Los retos de la paz para una región que conócela guerra” Agosto 6 2014. http://mioriente.com/columnistas/los-retos-de-la-paz-para-una-region-que-conoce-la-guerra.html