Por: Rubén Darío Quintero Villada
@RUBENDQUINTERO
Hace 25 años (miércoles, 1 de junio de 1988) nos posesionamos los primeros alcaldes de elección popular en Colombia.
La reforma constitucional 01 de 1986, estableció un período de 2 años (1988-90 y 90-92); posteriormente se tuvo un período transicional de 2 años y medio (junio 90 a diciembre 92) en el cual tuvimos la oportunidad de repetir alcaldía, o sea que en las 2 ocasiones que tuve para regir los destinos de Rionegro, en total, el período fue de 4 años y medio. La Constitución de 1991 dio paso a un período de 3 años, y además del mismo término para los Concejales, Diputados y JAL.; y consagró la elección popular de gobernadores.
En el año 1998, ya como Congresista, me dediqué a presentar reformas constitucionales en el Congreso para ampliar el período a 4 años de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, hasta que lo logré. Como autor, ésta mi 2da. reforma constitucional, Acto Legislativo # 02 de 2002, que además de período de 4 años, eliminó los períodos personales y los convirtió en institucionales, y por falta absoluta del alcalde y gobernador se realizan nuevas elecciones sólo si se da la falta dentro de los 2 años y medio, y en el caso que sea ésta a año y medio para terminar su período, no habrá elección popular, y el gobernador nombrará el alcalde de terna del Partido o movimiento político que lo postuló (el presidente al gobernador).
Después me di a la tarea en el Senado para permitir la reelección inmediata de los alcaldes y gobernadores, iniciativa que presenté en 12 oportunidades, pero por los intereses políticos de cada congresista en su Región, no ha pasado en el Legislativo.
Los alcaldes y gobernadores son los únicos servidores públicos de elección popular que pueden ser revocados a través de esta forma de participación ciudadana, que reformamos como ponentes en la ley 741/2002 (revocatoria del mandato), pero hasta ahora ningún mandatario en el País ha sido revocado a pesar de los más de 200 intentos.
En lo personal esta fue la mejor experiencia pública que tuve, a pesar de los períodos cortos, logramos llevar inversión física y social a todos los barrios y veredas de Rionegro, ser seleccionado el mejor alcalde de Colombia (Fundaprogreso, El Tiempo y Caracol), y uno de los 5 mejores ejecutivos jóvenes de Antioquia (Cámara junior de Colombia). Resultados como alcanzar en 1994, con el acueducto Cuchillas-Carmín-Mampuesto, un cubrimiento del 100% en acueductos veredales, siendo la primera ciudad intermedia en conseguirlo en Colombia; otorgar los primeros subsidios a los más pobres en el País con la metodología SISBEN (vivienda, servicios públicos, 3era edad, transporte, mercados, etc.); y los mecanismos de participación ciudadana y comunitaria, entre otros, son algunas de los logros que justificaron éstos galardones.
Hay que reconocer que, como en todo el País, la mayoría de los gobernantes de elección popular hemos contribuido a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de su ciudad; seguramente si todavía fuéramos elegidos a “dedo” nuestras ciudades estuvieran más atrasadas.
Nuestra gestión fue exitosa, limpia, transparente, sin ninguna sanción, pero hay que reconocer que un factor importante para alcanzar las metas propuestas fue una oposición política que nos controló democráticamente y nos obligó a trabajar más y mejor, control que hoy no existe o es “cooptado” fácilmente por los mandatarios de turno, terminando “gobernando” quienes antes eran los “enemigos acérrimos” del gobernante en el poder. Siempre dije y lo aplique coherentemente: " quien gana ejerce el poder y quién pierde debe hacer una oposición política y así se fortalece la democracia".
