Ha sucedido que durante las últimas semanas los profesionales de la salud de Colombia han sufrido muchas clases de estigmatización: insultos en la calle, prohibición de ingreso a supermercados y sistemas de transporte público, rechazo en unidades residenciales, entre otros.
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Esa actitud, para nada provechosa en una contingencia en la que debería enarbolarse la solidaridad y la unidad, resulta dañina para todos. Y es que ellos, los trabajadores de unidades hospitalarias y médicas, están arriesgando su vida y dejando de lado a sus familias por el bienestar de todo el país.
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De hecho, el mismo ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, rechazó la estigmatización de la que están siendo víctimas estos héroes de Colombia. “Los profesionales de la salud conforman la fuerza principal que tenemos para poder abordar esta epidemia. Deben tener el respaldo a la comunidad”, dijo.
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Cierto es que ellos tienen mayor probabilidad de contagio, pero cierto también es que están preparados y cumplen con medidas de prevención y desinfección muchísimo más estrictas que las normales al inicio y al final de sus jornadas laborales.
“En los barrios se debe respetar al personal de salud, no porque se lleve una bata significa que una persona es una fuente de contagio. Debemos entender que si la comunidad no tiene la capacidad de aceptar, entender y proteger a sus profesionales de salud, cuando estemos en situaciones complejas no vamos a tener quien nos atienda”, agregó Ruiz.
