Desde que se autorizó la producción de cannabis en Colombia en 2016, el Ministerio de Justicia ha otorgado 286 licencias para la siembra y producción de la planta en el Oriente Antioqueño. ProColombia anticipa que el negocio traerá resultados favorables para la economía en los próximos años.
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De acuerdo con los datos del Gobierno, el 15 % de la industria del cannabis colombiano se concentra en las tierras de la subregión. El interés en el suelo del Oriente para sembrar y exportar el "oro verde", como ya empieza a consolidarse el cannabis en el mercado internacional, es perseguido por nacionales y extranjeros.
El atractivo para invertir en esta zona -y en el resto del país- es compartido por las condiciones ambientales y geográficas que hay en el territorio dado que aumentan el rendimiento de los cultivos, lo que permite exportarle al mundo cuatro cosechas anuales.
Así lo cree Ivonne Ruiz Muñetón, agrónoma de la Universidad Nacional. Para ella, las condiciones tropicales de Colombia le dan bondades a las siembras. Por ejemplo, el cultivo del cannabis requiere permanente radiación solar, y en el país esta permanece activa por 12 horas los siete días de la semana.
Por otro lado, los suelos son mejores, son suelos con buena materia orgánica y con buena retención de humedad
indicó Ivonne Ruiz.
Por esa razón, de acuerdo con una empresa canadiense que desde el 2016 opera en Rionegro, varias iniciativas se asentaron en Colombia: “Sus excelentes condiciones climáticas y económicas, incluyendo su historial industrial en la floricultura, así como su claro marco legal a la hora de otorgar licencias de cannabis”.
El catálogo que le ofrece el país al planeta es amplio. Acá tienen permiso para producir el grano y las semillas para la siembra; además, para fabricar cosméticos y medicamentos que funcionan, según el Invima, como terapia para tratar algunas enfermedades o aliviar síntomas.
Esa oferta y la demanda mundial por los extractos de la marihuana, de acuerdo con ProColombia, podría alcanzar en 2030 ventas superiores a los US$1.733 millones, ubicándose por encima del valor de las exportaciones de las flores.
El posicionamiento de la industria también se ve reflejado en la generación de empleo. Un estudio revelado por Fedesarrollo en 2020 indica que, por cada hectárea, hay en promedio 17 personas laborando.
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