Un hermano de John Ferney Cano González, el hombre que asesinó al urólogo Juan Guillermo Aristizábal Vásquez en su propio consultorio en la Clínica Medellín, ha revelado nuevos detalles sobre la situación de salud mental del homicida, quien ya tenía amenazado al médico por la insatisfacción con un procedimiento que le practicó, al cual se refería como una “tortura”.
Sobre el caso, recientemente se había conocido sobre un libro escrito por Cano González, titulado “Memorias de un loco sensible”, y donde exponía sus reiterados deseos de acabar, de manera violenta, con la vida del médico, agregando además una lista de profesionales que habían tratado su enfermedad, al parecer, sin resolver su padecimiento.
De hecho, el hermano del homicida dijo en entrevista con Caracol Ahora que la circuncisión que Aristizábal Vásquez le realizó a su familiar, terminó por despertar en él “un comportamiento muy seguido respecto al aspecto físico que tenían sus genitales”.
Cano González habría afirmado sentirse traicionado por el urólogo; incluso en el libro mencionado anotó lo siguiente: “Para agosto de 2020, conocería a quien considero mi mayor enemigo, un infame del cual me arrepiento amargamente haber conocido, un tipo que traería desgracia a mi vida y llamado Juan Guillermo Aristizábal Vásquez. ¿Cómo pude haber caído en sus asquerosas garras?, maldito hijo de puta. Mentiroso y traidor. ¿Cómo pude haber confiado en semejante basura?”, dice en la página 204.
Según el testimonio obtenido por Caracol Ahora, el tratamiento psiquiátrico de este hombre habría iniciado después de la circuncisión, pues su hermano defendió que antes llevaba un vida normal.
No es que fuera una persona que tuviera algún problema mental, lo que lo afectó fue ver ese proceso que le realizaron, el estado en el que quedó, no recibir una respuesta por parte del doctor. Debido a esto, yo creo que él ahí considera, como bien dice en el libro, que es su torturador y la persona que lo mutiló
señaló.
Y agregó: “Él estaba en un estado mental en el que se había enfocado más en el problema que tenía después del resultado, que en cualquier otra situación (…). El doctor no quiso hacerse cargo de las responsabilidades“, relató.
Al parecer, Cano González sí le habría confesado sus deseos de venganza a la psiquiatra que lo trató, pero la familia no estaría enterada de nada. El único señalamiento al respecto del crimen que iba a cometer estaba en el libro de memorias, donde había una carta para su hermano. Sin embargo, parece ser que ese escrito lo encontraron sino hasta que ocurrió el asesinato y el posterior suicidio del homicida, y el documento se lo entregaron a la Fiscalía General de la Nación.
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