MiOriente > Medellín > Asesino de urólogo en Medellín había sentenciado el crimen en un texto titulado “Memorias de un loco sensible”

Asesino de urólogo en Medellín había sentenciado el crimen en un texto titulado “Memorias de un loco sensible”

  • John Ferney Cano González, el asesino del urólogo Juan Guillermo Aristizábal Vásquez, había amenazado hace años al médico e intentaba constantemente ingresar a su consultorio, según se conoció horas después del crimen, perpetrado el pasado 18 de abril en la Clínica Medellín de El Poblado, día en el que el paciente logró acceder al sitio, le disparó a Juan Guillermo, incendió el consultorio y, luego, se quitó la vida.

    Este caso está resuelto, se trata de una venganza por una lesión física que, a su vez, causó un malestar mental”. Esta es una de las frases que Cano González, de 34 años, dejó escritas en un documento de 369 páginas, redactadas en un computador, y donde habla de su vida, de unos procedimientos médicos insatisfactorios con varios especialistas, y donde incluso le deja una carta a un hermano suyo. También en este texto, titulado “Memorias de un loco sensible”, señala sus reiterados deseos de acabar, de manera violenta, con la vida del médico Aristizábal Vásquez.


  • El documento lo encabeza una lista de los urólogos que lo revisaron, con fotos, nombres y registro médico de todos ellos. Allí etiquetó a los especialistas como soberbios, incompetentes, mediocres, comunes, presumidos, sin talento.

    Todos, ¡sin excepción!, están no por la labor, sino más bien por el dinero. Yo no tuve en cuenta ese detalle y ahora pago las consecuencias

    indicó en una de las páginas.

    Leer más: Médico asesinado en Medellín trabajó en el Hospital San Juan de Dios de Rionegro, excompañeros lo recordaron

    Sin embargo, en las memorias situó como el “inicio de su tragedia” la circuncisión que al parecer le practicó el médico Aristizábal Vásquez, el 21 de octubre de 2021. Para este especialista había un aparte especial en el documento.

    “Para agosto de 2020, conocería a quien considero mi mayor enemigo, un infame del cual me arrepiento amargamente haber conocido, un tipo que traería desgracia a mi vida y llamado Juan Guillermo Aristizábal Vásquez. ¿Cómo pude haber caído en sus asquerosas garras?, maldito hijo de puta. Mentiroso y traidor. ¿Cómo pude haber confiado en semejante basura?”, dice en la página 204.

    La circuncisión la calificó como una “mutilación”, y aunque trató de argumentar que el trabajo realizado por el urólogo que lo intervino no habría sido necesario, aceptó que en la necesidad de ese procedimiento coincidían los conceptos entregados por los médicos, de toda clase, que consultó para intentar dar solución a su problema.

    Pero la insatisfacción respecto al trabajo de Aristizábal Vásquez le inspiró un sentimiento de odio, hasta llegar a sentenciar, de manera previa, el crimen que iba a cometer.

    Ese infame se ha topado con la persona equivocada, lo odio como nunca había odiado a alguien. Es un sentimiento indescriptible, de solo pensar en esa escoria imagino en mi mente fulminarlo en reiteradas ocasiones con una pistola hasta perforar todos sus asquerosos órganos, especialmente su putrefacto corazón

    El último capítulo de su texto, con fecha del 29 de febrero, es una carta dirigida a uno de sus hermanos, en la cual aseguró que había “meditado durante bastante tiempo esta decisión, y he llegado a la conclusión de que necesito hacer esto para sentirme bien conmigo mismo”.

    Tú tienes el derecho de guardar silencio, y te pido que lo guardes para mí. Procura sellar mi ataúd, para que los demás dejen de insinuar cosas que no son. No quisiera ser exhibido, y tampoco que se pongan los típicos carteles con mi nombre, evita todo eso, te lo pido por favor”, expresó en las memorias, todavía 48 días antes del crimen.

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