Los artesanos del Oriente Antioqueño preparan a los muñecos de año viejo para que acudan a la cita que tienen anualmente en las celebraciones del 31 de diciembre. Entre puntadas, rellenos y trapos les dan forma a los invitados de honor de 2021.
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A las orillas de las carreteras posan figuras del COVID-19, Gustavo Petro, Álvaro Uribe y Alberto Carrasquilla, los personajes que -a juicio de los fabricantes- fueron los protagonistas del año.
Con cinco meses de anticipación, en un laboratorio de Rionegro algunos artesanos empezaron a construir los muñecos que, tradicionalmente, son quemados para simbolizar el cierre del año.
El muñequito se vende sin pólvora. Yo les aconsejo que no les echen pólvora por los animalitos. ¡Qué pesar!
dijo Elkin Jiménez, artesano de Rionegro.
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Desde hace 60 años, él viene ofreciendo a los más populares de Colombia en la Calle de la Madera de Rionegro. Uno de sus modelos cuesta $70.000.
Según los historiadores, la tradición de quemar a los muñecos de año viejo es una herencia europea cuya práctica se aplicaba en Semana Santa: incineraban con pólvora a una representación de Judas Iscariote para recordar la traición que le hizo a Jesús.