“Estamos viviendo las consecuencias de un diciembre muy difícil, en el cual un porcentaje de la población no acogió las recomendaciones”. Con esas palabras, el viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, Luis Alexander Moscoso, se refirió a la situación que actualmente enfrenta el país en relación a la lucha contra el COVID-19.
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Y es que, como muchos ya se habrán enterado, ciudades como Bogotá ya comenzaron a implementar la cuarentena estricta en varias localidades que registran abruptos incrementos de casos de contagio.
Por ese motivo, el Ministerio de Salud ha dividido las ciudades de Colombia en tres grandes grupos:
(1) Aquellas que registran curvas de contagio con tendencia estable hacia la baja.
(2) Aquellas que presentan picos altos pero con una disminución inicial de casos que, se espera, lleve a la disminución futura de ocupación de camas.
(3) Aquellas en que se presentan dificultades por crecimiento de casos y alta ocupación de unidades de cuidado intensivo (Bogotá, Cali, Medellín y el Valle de Aburrá).
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“Estamos tomando medidas, haciendo ajustes, trabajando con las entidades territoriales para buscar la mejor alternativa de este aislamiento selectivo, buscando la medida propia para cada ciudad”, dijo Moscoso.
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De este modo, tal y como sugiere esta cartera nacional, en los próximos días comenzarán a notarse realmente las consecuencias de una época en que se realizaron reuniones familiares sin medidas de protección, en que hubo aglomeración en sitios públicos, y en que muchos no cumplieron los protocolos de bioseguridad.