“Por la posibilidad del encuentro con el arte, con personajes que a veces hemos soñado y también despreciado. Porque es la manera de inyectarle al país y a la región algo distinto, algo que nos permita alimentar el espíritu y eso está en el teatro”. Son las razones que Argiro Quinchía, artista y director de la Escuela de Bellas Artes de la Casa de la Cultura de El Santuario, expresa para asistir a la segunda versión del Festival “El Santuario Teatreando” que irá del 27 de agosto al 2 de septiembre en el municipio.
Aunque el festival de teatro se ha realizado –con escasos recursos- ininterrumpidamente en el municipio desde hace algunas décadas, “quisimos darle un rostro propio y distinto a nuestro festival desde el 2016, por eso ‘El Santuario Teatreando’ es la nueva cara”, aseguró el Director. Grupos de la región del Oriente Antioqueño como Teatro Encarte, de El Peñol; Tespys, FarZantes y Mago Makandal de El Carmen de Viboral, junto a Mambrú de El Santuario, acompañarán las propuestas nacionales e internacionales, como El Circo Teatro de México, que se darán cita en esta segunda versión.
Con un amplio abanico de propuestas desde teatro de calle, circense y clown, hasta teatro de sala con apuestas experimentales, teatro del absurdo y teatro clásico, el festival pretende ir posicionando nuevamente a El Santuario como importante escenario del arte dramático en la región. “Queremos traer el público a las salas nuevamente porque El Santuario ha sido un municipio teatrero: llegamos a contar con más de quince grupos propios de teatro. Nuestro público es especial”, anotó Quinchía.
Con la expectativa de recibir cerca de 300 personas cada noche a las 7 p. m. en el Teatro Juan Pablo II, además de una asistencia masiva a los montajes en espacios abiertos durante los siete días de realización, el cometido es catapultar el festival como uno de los mejores del departamento. “Nuestra política es que todos puedan asistir, por eso las propuestas de sala tienen un valor casi que simbólico de 3.000 pesos”, agregó el Director.
Los organizadores del festival tienen claro que mejorar en todas sus dimensiones: organización, proyección e invitados, es la meta. “No queremos tirar la casa por la ventana al inicio y después bajarle nivel. Así es con la cultura: debe ir creciendo poco a poco. Queremos que el festival se vuelva tan potente que la gente nos pida cada vez más”.
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