Con la petición de la Sociedad Taborda Vélez, propietaria del Proyecto Hidroeléctrico Cocorná III, Cornare realizó una audiencia pública ambiental en la que la empresa justificó la ejecución de esta obra, la cual busca intervenir 12,8 hectáreas del río Cocorná.
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A la audiencia, mecanismo que tiene la autoridad ambiental para escuchar a los ciudadanos y que no configura un escenario decisorio, asistieron colectivos defensores del medio ambiente y organizaciones públicas y privadas para debatir sobre las dudas que genera la construcción del proyecto.
Durante los primeros minutos, los representantes de la Sociedad mencionaron las bondades del negocio y los beneficios para la comunidad. Más tarde, Sebastián Agudelo, miembro del colectivo Cocorná Consciente, pidió que la audiencia se cancelara puesto que los habitantes no contaban con el estudio del impacto ambiental que generaría la hidroeléctrica; pero el debate continuó.
Y es que la relación entre el proyecto, las comunidades y la administración municipal de Cocorná presenta grandes dificultades. En primer lugar, un buen número de habitantes rechaza la ejecución de la obra y, además, el alcalde Saúl Giraldo expresó en la audiencia: “Yo no estoy de acuerdo con más proyectos hidroeléctricos. Desde el inicio del proyecto empezamos mal, [por ejemplo, con] acciones poco éticas en la socialización”.
Para Juan Sebastián Giraldo, integrante de la Mesa de Agenda Ambiental de Cocorná, las personas del municipio no quieren más hidroeléctricas. Particularmente, “en esa zona se realizan actividades pecuarias, de ganadería, y entonces siempre está el miedo de que es una empresa que va a venir a secar el río. Realmente no le va a dejar nada a la comunidad”, dijo Sebastián Giraldo.
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Frente a las condiciones en las que se desarrolló la audiencia, él mismo afirmó que se hizo por fuera de los términos legales porque la empresa no presentó el estudio de impacto ambiental para que la comunidad pudiera controvertir la ejecución del proyecto.
Entretanto, este encuentro se realizó mientras Cornare define la aprobación de la licencia ambiental a la hidroeléctrica que, de contar con el visto bueno por parte de la autoridad, comprometería a siete veredas: San Vicente, San José, El Tesoro, Los Cedros, La Placeta, Mazotes y La Milagrosa.
