En horas de la mañana de ayer, 25 de agosto, Rafael Esteban Echeverri falleció en un fatídico accidente de tránsito en la vía que de Rionegro conduce a Don Diego, a la altura del sector EAFIT. Él tenía 21 años, era amante de los carros y la conducción.
Desde muy temprana edad sintió atracción por los vehículos, primero hacia los que podía arrastrar por los pasillos de su casa y, más tarde, hacia los que pudo rodar por las calles del Oriente Antioqueño, su tierra.
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Uno de sus amigos, Johan Alexander Caro, narró que a Rafael le gustaba mantener “presentable su carro, lo mantenía bonito. Bonito, pero no extravagante”. Johan recuerda que él trataba de conseguir los mejores rines para el vehículo y de mantenerlo pegado al suelo, tanto como se lo permitieran los mecánicos.
Hace ocho días le habían entregado un Volkswagen Gol 1.600, en una cuenta de Instagram dedicada a sus vehículos lo mostró con orgullo y satisfacción, pues con todos los esfuerzos lo había conseguido. Rafael trabajaba en un puesto de comidas en La Ceja, y se movilizaba entre Rionegro y ese municipio en el recién modernizado carro de “Rafa”, como lo llamaban sus allegados.
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Con él soñaba correr en el autódromo del Central Park, proyecto ubicado en el municipio de Bello, polémica obra que pasa por un difícil momento debido a los problemas jurídicos y a los constantes saqueos de materiales de construcción.
Era una persona muy especial en mi vida, un gran amigo, una persona muy cercana con todos los muchachos, con toda la gente de la calle. Una persona siempre alegre, alegre por la vida. Apasionado por lo que hacía, tanto por los carros como en su vida
narró Johan Alexander Caro, amigo de Rafael Esteban.
Rafael solía encontrarse con sus amigos en las carreteras del Oriente para practicar deportes de motor. No con los protocolos de seguridad que amerita la conducción de vehículos a alta velocidad, porque en Antioquia -dice Johan- no hay un espacio donde lo puedan hacer.
Desde MiOriente extendemos un saludo de solidaridad a sus familiares y allegados.
