JUAN DIEGO MERCADO HIDALGO
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El año pasado, con bombos y platillos, el Ministerio de Defensa declaró ante los medios de comunicación que la subregión del Oriente de Antioquia -un territorio históricamente afectado por todo tipo de conflictos- estaba libre de hojas de coca; sin embargo, en conversaciones con MiOriente, el gobernador encargado, Luis Fernando Suárez, confirmó con preocupación la resiembra de estos cultivos ilícitos.
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Según el funcionario departamental, “hemos tenido información de que hay siembra de hoja de coca en algunos municipios del Oriente lejano”; es decir, en Nariño, Argelia y Sonsón, territorios con características climáticas y de suelo que facilitan la siembra de coca; además, con corredores estratégicos para la movilización de las producciones ilegales entre localidades de Antioquia y Caldas.
Hasta el 21 de diciembre de 2020, las autoridades habían erradicado 148.16 hectáreas de coca, 33 intervenidas por aspersión terrestre. Entre los resultados anunciados por el exministro Carlos Holmes Trujillo se contaba la destrucción de 34 laboratorios dedicados a la producción, cinco toneladas de hoja de coca picada y 12.000 galones de insumos líquidos.
Problemática anunciada
Las posibilidades de resiembras se veían llegar. El exministro Holmes Trujillo señaló ese mismo día que las autoridades verificarían de manera constante los territorios para que no se volvieran a registrar cultivos. En contravía de lo planeado, en las montañas del Oriente Antioqueño empezaron a crecer nuevas plantaciones de coca.
En Nariño, por ejemplo, se han registrado varias hectáreas cultivadas en el corregimiento de Puerto Venus, zona rural de Antioquia que limita con el departamento de Caldas. Allí, explicó Érika Cardona Pérez, secretaria de Gobierno municipal, “hemos considerado que se trata de economías muy familiares. Pero ya tenemos línea de acción, estamos coordinando con el Ejército para que ellos puedan hacer una intervención”, comentó la funcionaria.
El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alertó en julio de este año, en el informe de seguimiento a los territorios afectados por cultivos ilícitos durante el 2020 en Colombia, sobre el incremento de cultivos en Antioquia, que en las bases de datos del Gobierno Nacional registró un aumento del 27,5%, este dato comparado con las cifras de 2019.
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Para la ONU, la aparición de nuevos cultivos de coca puede ocurrir por dos razones: porque la erradicación no fue efectiva o porque hubo resiembra de lotes. “Resembrar implica costos adicionales para el productor de coca, al requerir de aproximadamente ocho meses entre la siembra y la primera cosecha con una baja productividad en la etapa inicial”, se lee en el informe anual.
Causas en el Oriente: demanda y olvido estatal
David Restrepo, director del Área de Desarrollo Rural, Economías Ilícitas y Medio Ambiente del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes, cree que las principales causas de las resiembras en Nariño, Argelia y Sonsón se deben a la alta demanda de cocaína y al olvido del Estado.
“El análisis plantea varios factores. El primero es que la demanda de cocaína, tanto a nivel nacional como internacional, es creciente. Estos cultivos tienden a dirigirse a zonas donde el Estado no cuenta con una hegemonía del control territorial; y en donde también hay un fenómeno de abandono estatal o de mayor pobreza rural, y estas zonas del lejano Oriente Antioqueño cumplen con algunas de esas características”, afirmó David Restrepo.
En Antioquia, por ejemplo, con base en el estudio del DANE sobre Pobreza Multidimensional en 2019, las zonas rurales del departamento son catalogadas en situación de pobreza, pues durante ese año el índice se ubicó en 35,9%, mientras que en 2018 registró 35,4%.
Juan Bernardo Marulanda, personero de Argelia, coincide con el análisis del profesor David Restrepo, a razón de que “la ausencia del Estado en esos territorios no solo es ausencia de fuerza pública, también es de actividades económicas fuertes, de actores que permitan generar procesos de legalidad. Son más los procesos de ilegalidad los que se están generando”, contó el personero.
El temor de hablar
Él también reconoció que efectivamente en el municipio hay resiembras de cultivos de coca, pero las autoridades no han podido reconocer las zonas en las que están las plantaciones, pues a los campesinos les da temor entregar información.
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“Ese tema ha sido discusión de los consejos de seguridad en el municipio de Argelia, está en conocimiento del Ejército y la Policía Nacional. El Ejército ha venido haciendo trabajos de inteligencia para saber en qué lugar del Oriente lejano se está sembrando. Los campesinos no hablan porque les da temor mencionarlo”, afirmó Marulanda.
Además, añadió que hace un tiempo se hizo un esfuerzo para conocer la ubicación exacta de las resiembras, pero “terminó, de hecho, en algo muy irregular, porque se usaron ciudadanos para dar con el paradero de esos cultivos y eso terminó mal, a la gente le dio miedo y no resultó en nada”.
Las soluciones
En el mes de junio, el Ejército realizó en Sonsón una erradicación de 4,5 hectáreas de hoja de coca en el corregimiento de Rioverde de los Montes. Esta zona, particularmente, es uno de los ejes geográficos donde se pueden presentar con más frecuencia las siembras, pues su extensión territorial y la distancia que hay entre el Estado y las veredas hace más común de lo normal la existencia de los cultivos ilícitos.
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El gobernador (e) Luis Fernando Suárez dijo que en los tres municipios “el Ejército viene desarrollando una tarea muy importante en esa labor de erradicación. Todos los programas hacen una tarea muy importante, pero es una realidad que hay resiembra. Vamos a seguir en esa lucha compleja para atacar estas estructuras y rentas criminales que alimentan a estos grupos delincuenciales”, respondió el mandatario.
En Nariño se está adelantando una negociación con los campesinos para que erradiquen de manera voluntaria los cultivos de coca; si no lo hacen, el Ejército intervendrá en cualquier momento. Mientras tanto, en Argelia continúan las investigaciones para dar con la ubicación de las siembras y en Sonsón las autoridades monitorean constantemente el territorio.
