El hecho tuvo realce por un artículo en el que Semana Sostenible reseña esta, otra triste historia de maltrato animal. Esta vez, el ataque tuvo lugar en Marinilla, la reputación de cuyos habitantes ha quedado parcialmente en entredicho.
Otras noticias: ¿Se viene una segunda ola de contagios de COVID-19?
Sucedió la semana pasada. Una habitante de un sector de ese municipio rescató al animalito al verlo gravemente herido en una calle. Y, en efecto, todo indica que la zarigüeya fue atacada con piedras, causándole, además de heridas irreparables, la pérdida de sus crías.
“La zarigüeya llegó muy malita, con las teticas hinchaditas y cargadas de leche, lo que indica que tenía crías. Llegó con signos de maltrato y con un ojito destruido que tuvimos que extirpar”, señaló David Echeverri, coordinador del Grupo de Bosques y Biodiversidad de Cornare.
Entérese: Atención: Al 100% está la ocupación de las UCI de Rionegro
La zarigüeya fue sometida a una cirugía por parte de los veterinarios de la autoridad ambiental, y en estos momentos está siendo valorada por un oftalmólogo de Medellín para saber si también tiene daños graves en el otro ojo. En ese caso, el animalito quedaría sin visión alguna.
¿A qué se debe la mala fama de las zarigüeyas?
Comúnmente llamados “chuchas”, estos marsupiales han sido satanizados durante largo tiempo, tal vez porque nuestros antepasados los tenían en baja estima. Sucede también que muchas personas los confunden con ratas, y por esa razón terminan atacándolos.
Le puede interesar: Antioquia reportó 15 inundaciones y derrumbes el fin de semana
“Es muy difícil el tema con la gente. Lo que venimos haciendo es contar este tipo de historias para sensibilizar a las personas. La gente debe enterarse de lo que padecen estos animales, debe entender que son importantes y valiosos para el ecosistemas; hacen parte de nuestra biodiversidad”, agregó Echeverri.
Querer y respetar a las zarigüeyas: eso es lo que deben aprender los habitantes de una región tan biodiversa como el Oriente Antioqueño. De lo contrario, seguiremos haciendo méritos de mala fama, en un mundo que pide a gritos respeto por el medio ambiente.