A través de un teléfono de la cárcel El Pedregal de Medellín extorsionaron a una familia de Rionegro: los delincuentes exigieron siete millones y las víctimas entregaron tres. Detrás del celular dibujaron armas que nunca accionaron.
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El padre de la familia fue el protagonista. Él trabaja en una empresa de construcción que ofrece asesorías. Un supuesto cliente lo contactó y le pidió que lo visitara a su finca para analizar un proyecto que lo beneficiaría.
Con toda la tranquilidad, se movilizó en moto sobre las coordenadas que le entregó y terminó en una zona boscosa de la vía que conduce de Granada hacia San Carlos. Cuando transitaba por la zona, lo llamaron y le indicaron que estaba en un terreno de la guerrilla.
Esa gente le dijo que no se podía mover ni colgar el celular porque lo estaban vigilando y le iban a disparar. Él no veía a nadie, pero le decían que estaba acorralado
indicó su esposa.
Al mismo tiempo, otro delincuente contactó a la empresa de la víctima describiendo la escena y pidiendo una justificación por la presencia del hombre en esa tierra. Uno de sus compañeros respondió que estaba trabajando y, para darle continuidad a la película, le pidió el número de tres personas para que avalaran la versión que entregó.
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En medio de la tensión, dio el contacto de la esposa y ellos le marcaron. Después de contarle la historia, le pidieron siete millones para evitar la muerte de su compañero. Con el fin de que no dudara del peligro que estaba corriendo, lo pusieron en la línea.
Cruzaron las tres llamadas y yo lo escuché, me dijo que estaba bien. Ese señor me repetía lo de la plata y yo le decía que no tenía
relató la mujer.
Con presiones y fuertes intimidaciones, depositó tres millones de pesos. Si bien le faltó plata para completar la solicitud, un “comandante” le perdonó la vida a cambio de borrar la evidencia y no denunciar.
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Finalmente, los extorsionistas le dijeron que se podía mover de la zona y colgaron la llamada. Él llegó sano y salvo a su casa.
Contamos esta historia para que la gente no caiga. Nosotros denunciamos, siempre hay que denunciar
dijo su esposa.
El Gaula Militar señaló que esta práctica va en aumento e invitó a la comunidad a desconfiar de las llamadas y mensajes de números extraños: “Yo no pago, yo denuncio. Lo puede hacer en la línea 147”.
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