Don Fernando Montoya Moreno, campesino del Suroeste de Antioquia, reconoce que: “el dolor hace muchos años está por dentro, pero hoy mi Dios me dio una alegría: este encuentro tan bonito. Encontrarme con el hijo para darle esa bendita sepultara que, de pronto, harto la esperaba”. 

Leer también: La Gobernación de Antioquia realiza una intervención integral para la prevención del delito en el Oriente

  • Con esas palabras recibió el cuerpo de su hijo Edisson Ferney, en un acto de entrega digna realizado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (Ubpd) en el municipio de Betulia, en el Suroeste antioqueño.

    Edisson Ferney era un muchacho larguito y flaquito, recordó su padre

    Nació el 28 de abril de 1979 en el seno de una familia caficultora y, como es tradición, Fernando le enseñó el oficio. Ese es uno de los mayores recuerdos que tiene junto a su hijo. 

    “Cuando él estaba chiquito, a mí me tocaba jornalear muy lejos para levantar siete hijos. Llegaba a la casa y mientras la mamá me preparaba la comida yo lo cogía y lo cargaba con ese amor. Cuando él fue creciendo, le dije: hijo, vamos a trabajar. Le voy a enseñar”. 

    Pero en 1997, la violencia del conflicto armado puso en riesgo la vida de Fernando. Por amenazas contra su vida, tuvo que huir de la finca, dejando allí a su familia. Sin saberlo, aquella sería la última vez que vería con vida a su hijo. 

    A mí me informaron que era mejor que me retirara de la casa. Vinieron por mí, no me encontraron. Entonces, se llevaron a Edisson Ferney. Cuando me dijeron que podía regresar a la casa, no lo encontré”, relató.

    Sin éxito, Fernando buscó a su hijo. Pasadas casi dos décadas, la justicia penal militar lo contactó para informarle que Edisson Ferney había muerto en hostilidades: “Me dijeron que había quedado en la vereda El Tunal de Urrao, que el Ejército lo había recogido, que había que buscarlo”.

    En febrero de 2022, en desarrollo del Plan Regional de Búsqueda del Suroeste Antioqueño, la Unidad de Búsqueda intervino ocho bóvedas individuales en el cementerio de Urrao por casos ocurridos en 2010 y 2011. 

    Entre los cuerpos recuperados estaba Edisson Ferney, quien fue inhumado como cuerpo no identificado en la bóveda 18 de la galería semicircular. Su recuperación fue posible gracias a que aportantes de información, algunos comparecientes ante la Jurisdicción Especial de Paz, entregaron datos sobre su identidad y los hechos que rodearon su desaparición.

    El cuerpo de Edisson Ferney fue identificado plenamente por el Instituto Nacional de Medicina Legal en febrero de 2024. Esa entidad realizó una necropsia médico legal que coincidió con la información del Protocolo de Necropsia 13 de 2010, realizado por el Hospital Iván Restrepo Gómez de Urrao al momento de la inhumación. 

    Lo que siguió fue una búsqueda para encontrar a la familia de Edisson Ferney. A través de este proceso, la Unidad de Búsqueda logró contactar a Fernando en marzo de 2023 para que ampliara la información sobre la desaparición de su hijo y aportara una muestra de ADN con fines de identificación.

    Tras corroborar que el cuerpo recuperado correspondía al hijo de Fernando, el 6 de octubre de 2024 la Unidad de Búsqueda realizó la entrega digna de Edisson Ferney. 

    El acto tuvo lugar en el corregimiento Altamira de Betulia, un pequeño poblado encajado en las montañas de la región del Suroeste antioqueño, a donde llegaron cerca de 20 familiares, entre hermanos, tíos y primos, para darle el último adiós a su pariente.

    En esa región hay 2 027 personas desaparecidas. En Antioquia, el registro asciende a 24 457 personas desaparecidas; y en Colombia, a 124 734.

    Ingresa al canal de WhatsApp de MiOriente https://whatsapp.com/channel/0029Va4l2zo3LdQdBDabHR05