Con 174 puntos esta estudiante del Colegio Campestre Horizontes se impuso en la semifinal Oriente de las Olimpiadas.
Aunque María José Gómez Lopera es hija de un odontólogo y de una enfermera, su futuro profesional no se encaminará hacia el área de la salud. Estudiará Ingeniería Administrativa porque, según dice, es una carrera completa, “que combina los beneficios de la ingeniería con lo que puede hacer un administrador. Siempre he tenido un perfil para solucionar y liderar procesos”.
María José nació en Rionegro hace 16 años. Es hija del odontólogo Hugo Gómez y de la enfermera Claudia Lopera. Sus primeros años los vivió en el barrio Laureles, cerca a la casa de sus abuelos. Luego la familia decidió establecerse en una finca cerca a la autopista Medellín-Bogotá. Hoy reside en el sector de Gualanday.
Cursó primer grado en el colegio Juan José Botero, de Rionegro. Luego ingresó al colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana, en Marinilla, donde hizo segundo, tercero y cuarto de primaria. Al Colegio Campestre Horizontes llegó para cursar quinto de primaria, y ahí se graduará próximamente.
Su niñez fue tranquila. La vivió junto a su hermano en un ambiente rural. “No salía casi, me gustaba ver televisión o jugar en la finca”, comentó María José. De esos primeros años recuerda que sus padres le ayudaron con las tareas hasta temprana edad, porque como se volvió autónoma desde niña, asumió sin apoyo sus obligaciones. “Lo que no entendía en el colegio, se lo preguntaba a mis profesores”.
Hugo Gómez, su papá, la define como una niña cariñosa y muy apegada a la familia. Añade que el hecho de haber vivido ocho años en una finca ayudó a que sus dos hijos fueran juiciosos y cercanos entre sí. Sobre María José, dice con orgullo que “sabe cuándo hay que ayudar; no hay que estarla mandando”.
“Una adolescente normal”
María José no es de muchos amigos. Sin embargo, los pocos que tiene “los he sabido conservar”. Le gusta compartir tiempo con ellos, disfrutar la vida, “estar relajada como una adolescente normal”. También escuchar música y cantar todo el tiempo. Además lee, siempre y cuando el libro que elija la atrape desde el principio.
Es una confesa enamorada de las Matemáticas, materia que, según dice, “lo vuelve a uno una persona racional y rápida frente a muchas situaciones”. También le gustan la Economía y la Política porque “es lo que vivimos todos los días”.
Dice no tener claves para ser exitosa en lo académico. “Poner atención en clase y ya”, dice con simpleza. No se considera la más disciplinada, aunque tiene muy claras sus metas. Espera terminar de la mejor forma el año para que el próximo, cuando inicie sus estudios de Ingeniería Administrativa en la Escuela de Ingenieros de Antioquia, tenga buenas bases.
En la semifinal del sábado en Guatapé se sintió nerviosa al principio. A eso atribuye la irregularidad con que empezó la competencia. Pero luego se relajó y se le dieron las cosas. La prueba: los 174 puntos que le permitieron ganar la competencia con una diferencia de 12 unidades por encima de Santiago, el representante de Marinilla.
El triunfo lo disfrutó en familia. Después de compartir un almuerzo en familia en Guatapé, en la noche hubo una pequeña reunión familiar a la que acudieron algunos amigos cercanos. La convocó su papá, quien hoy siente “un orgullo inmenso al saber que tengo una niña capaz de hacer tantas cosas, de demostrar temple para afrontar ese momento de estar frente a las cámaras”.
Por: Gobernación de Antioquia - @fredyaz
