La temporada navideña llega cada año cargada de celebraciones, encuentros familiares y actividades tradicionales que generan momentos memorables. No obstante, también es una época en la que aumentan los riesgos de lesiones oculares, muchas de ellas prevenibles. El uso de pólvora, los accidentes con líquidos calientes y el consumo de alcohol adulterado encabezan la lista de causas más comunes de daño visual durante diciembre.
De acuerdo con los reportes más recientes del Instituto Nacional de Salud, 331 personas han sufrido lesiones oculares por pólvora en los últimos tres años, siendo un número significativo de ellas menores de edad. La cifra continúa mostrando una tendencia preocupante: incluso los artefactos considerados inofensivos pueden provocar quemaduras, irritaciones o impactos directos en el ojo en cuestión de segundos. Las chispitas, volcanes y luces manuales representan riesgos importantes, sobre todo cuando se manipulan sin supervisión o en espacios no adecuados.
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A esta situación se suma el incremento de casos asociados al alcohol adulterado, especialmente aquel contaminado con metanol. Esta sustancia puede causar daños directos al nervio óptico, generando visión borrosa, aparición de manchas, dolor ocular o pérdida súbita de la visión. En los casos más graves, el daño puede ser irreversible e incluso representar un riesgo vital. La Clínica de Oftalmología Sandiego advierte que cada año se reciben emergencias relacionadas con estas intoxicaciones, que suelen aparecer luego del consumo de bebidas de procedencia dudosa o adquiridas en el comercio informal.
Dentro del entorno doméstico también ocurren accidentes frecuentes, particularmente durante las preparaciones típicas de la época. Las quemaduras por aceite, agua caliente o vapor pueden afectar la superficie ocular y los párpados, provocando lesiones que requieren atención urgente. Estos accidentes se presentan con mayor frecuencia en niños, adultos mayores o personas que manipulan ollas pesadas o alimentos calientes sin la protección adecuada.
Entre las lesiones más comunes en diciembre se encuentran:
- Quemaduras por pólvora, fuego o líquidos calientes.
- Golpes ocasionados por la onda explosiva de artefactos pirotécnicos.
- Heridas por partículas o fragmentos expulsados a gran velocidad.
- Daños por intoxicación con metanol asociado al alcohol adulterado.
- Combinación de trauma y quemadura que deja secuelas duraderas.
La Clínica de Oftalmología Sandiego insiste en la importancia de reconocer los signos de alarma para evitar complicaciones mayores. La pérdida repentina de visión, el dolor intenso, la presencia de sangre en el ojo, la sensación persistente de cuerpo extraño o cualquier alteración visual tras ingerir licor sospechoso ameritan atención médica inmediata con un especialista en oftalmología.
La prevención sigue siendo la recomendación principal: evitar el uso de pólvora, extremar las precauciones en la cocina y adquirir bebidas alcohólicas únicamente en puntos autorizados. Un descuido pequeño puede derivar en un daño permanente.
Si usted o algún familiar presenta molestias visuales, lesiones o síntomas repentinos durante esta temporada, puede acudir a la Clínica de Oftalmología Sandiego, sede Llanogrande, para recibir una valoración oportuna y especializada.
Para más información, visite www.clinicasandiego.com.co.
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Daños oculares, una de las lesiones más frecuentes durante la Navidad
El uso de pólvora, los accidentes con líquidos calientes y el consumo de alcohol adulterado encabezan la lista de causas más comunes de daño visual durante diciembre.
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