Hace aproximadamente ocho años, la construcción de la hidroeléctrica Aures Bajo, en Abejorral, afectó el desplazamiento de los habitantes de la zona de influencia hacia Sonsón.
Anteriormente, los campesinos contaban con una garrucha para pasar el río, pero con la construcción de la central aquella fue retirada, con el compromiso de erigir un puente: promesa que no ha sido cumplida.
Las personas pasan por el río caminando durante la temporada de verano, cuando el caudal es bajo, y en invierno exponen sus vidas al tratar de atravesar las fuertes corrientes.
Los habitantes de esa zona, de manera artesanal, unieron varias canecas y tablas para hacer una plataforma que les permita poder pasar: por esta se movilizan niños, mujeres en estado embarazo, adultos y adultos mayores, además de motos y bultos de insumos agrícolas.
A muchos los benefició, pero a nosotros nos perjudicó y no tenemos por dónde pasar
expresó uno de los habitantes afectados.
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Hasta el momento no han recibido ayudas, ni hay proyectos en curso que les permitan tener un puente.
De acuerdo con la ubicación de la vereda, para los habitantes de la zona es más viable llegar así al casco urbano de Sonsón, el cual está más cerca que el de Abejorral que se encuentra a dos horas en carro.