Sandra Valencia, una mujer abejorraleña, ha demostrado ser una figura aguerrida y valiente al desafiar los estereotipos de género y convertirse en una conductora de chivas, los tradicionales carros de transporte en la región. Sin embargo, su contribución va más allá de simplemente manejar estos vehículos: Sandra también es la artista que les da vida y color.
Desde una edad temprana, Sandra ha estado al volante de una escalera que conecta la vereda Yarumal de Abejorral con el municipio de La Unión.
En una entrevista, Sandra revela cómo su conexión con las chivas comenzó en su familia, donde su padre tenía una chiva y ella, siendo más joven, quedó fascinada por ella. Después de que la sociedad de su padre se disolviera, Sandra y su familia adquirieron una camioneta donde ella dio sus primeros pasos en la conducción.
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A pesar de enfrentar dudas sobre su capacidad para manejar la escalera, Sandra recibió el apoyo de su padre, quien la alentó a seguir adelante. Lentamente, adquirió experiencia y confianza en su habilidad para manejar el vehículo y, con el tiempo, también se aventuró en el mundo del arte, embelleciendo las chivas con su talento para la pintura.
Su inspiración para pintar las chivas surgió de una necesidad práctica: el vehículo estaba en mal estado y necesitaba una renovación. Sin embargo, en lugar de gastar mucho dinero en una nueva pintura, Sandra decidió tomar el pincel ella misma. Su primer intento puede no haber sido perfecto, pero marcó el comienzo de una nueva pasión y talento en su vida.
Hoy en día, Sandra dedica sus días al trabajo de conducción, pero reserva tiempo para seguir pintando y embelleciendo las chivas. Su historia es un testimonio de perseverancia, creatividad y el poder de seguir tus pasiones, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables. Sandra Valencia es un verdadero ejemplo de determinación y valentía en la comunidad de Abejorral.