A finales del pasado mes de enero, Colombia fue testigo de una imagen más que dolorosa: decenas de frailejones se quemaron por un voraz incendio forestal en el páramo de Santurbán, en límites de Santander y Norte de Santander.
En parte, los incendios fueron consecuencia de las altas temperaturas por el fenómeno de El Niño; pero en otros casos se evidenció que fue el mismo humano quien causó las llamas.
Aunque los expertos creían que la recuperación tardaría décadas, se conocieron estas imágenes que muestran que el páramo sigue vivo; pero debemos cuidarlo.
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Alejandro Estrada, gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, dijo que “a un mes de haber enfrentado el incendio forestal, nos alegra ver cómo la naturaleza responde con resiliencia. Los frailejones se mantienen firmes, mostrando su fuerza y resistencia. Cada esfuerzo cuenta en esta etapa de recuperación y protección de nuestro ecosistema”.
Y agregó que: “Al abrir las hojas de los frailejones se observó que el cogollo que permite su crecimiento permanece humedecido y protegido por las mismas hojas, al igual que su tallo”.
¡Cuidemos los páramos!
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