Compra de aviones Gripen despierta críticas por ensamblaje en Brasil. ¿De qué se trata?

La inminente firma del contrato para adquirir 18 aviones de combate Gripen de la sueca Saab vuelve a ser tema nacional. Aunque el Gobierno presentó el decreto 1001 y el Conpes 4155 para respaldar la operación, analistas cuestionan que las aeronaves serán ensambladas en Brasil y advierten sobre retrasos y dependencia logística.

El negocio, estimado en más de 16 billones de pesos, busca reemplazar la flota de Kfir, en servicio desde hace más de 35 años. Incluye entrenamiento, infraestructura y transferencia tecnológica. El esquema contractual incorpora además un paquete de “offset” o compensaciones industriales que deberán representar al menos el 10% del valor del contrato, conforme a la nueva normativa expedida el 18 de septiembre.

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Entre los críticos más visibles está Sergio Araujo, quien sostiene que reproducir el modelo brasileño podría dejar a Colombia sin flota operativa en el corto plazo. Recuerda que Brasil, tras firmar un contrato por más de 60 aeronaves, lleva una década esperando la entrega completa de los Gripen y aún no recibe la mayoría. “Si Brasil tiene atrasos tan grandes, ¿qué garantías tiene Colombia de recibir a tiempo los suyos?”, planteó en X.

El analista también advierte sobre la dependencia estratégica: no solo el ensamblaje, sino también el mantenimiento y los repuestos estarían supeditados a la industria brasileña, sumando vulnerabilidad a la Fuerza Aérea, que ya opera otro sistema de armas fabricado en ese país.

El Gobierno defiende la operación afirmando que las compensaciones industriales traerán beneficios sociales y tecnológicos para Colombia. El decreto prevé que el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Comercio definan proyectos prioritarios (desde transferencia tecnológica hasta capacitación de talento) para ejecutar con recursos complementarios al contrato principal.