En uno de sus encuentros más emotivos durante su visita a Colombia, concretamente en Medellín, el papa Francisco escuchó las palabras de Claudia Yesenia García Ramírez, una joven sobreviviente de la masacre ocurrida en San Carlos. Tenía apenas dos años cuando perdió a su familia en un ataque armado perpetrado por la guerrilla, del que sobrevivieron solo 10 niños y una adulta.

Con voz firme y emotiva, Claudia recordó ante el pontífice el momento que marcó su vida: “A mis dos años de edad, perdí a mi familia en una masacre provocada por la guerrilla. Solo sobrevivimos 10 niños y mi tía”. Ella misma resultó herida, con un disparo en el abdomen y una bala que rozó su cabeza, dejándole esquirlas. Permaneció hospitalizada durante un largo tiempo.

    • Leer más: Vaticano publicó el testamento final del papa Francisco tras su fallecimiento

    Su tía, sin saber cómo hacerse cargo de los niños sobrevivientes, acudió a la Arquidiócesis de Medellín y encontró apoyo en los Hogares Infantiles San José. “Monseñor Armando Santamaría nos recibió a todos como nuestra segunda familia”, contó.

    A sus 13 años, Claudia manifestó cómo el acompañamiento de la Iglesia transformó su vida: “Sané mis dolores y tristezas con el amor recibido y la oportunidad de una vida nueva. Hoy tengo todo lo que necesita una hija de Dios para ser feliz: la fe, el calor de hogar, buena formación, salud, alimento y estudio”.

    En aquel año, 2017, cuando era estudiante de octavo grado en la Normal Antioqueña, expresó su deseo de convertirse en maestra para enseñar los valores que ha aprendido. Finalizó su intervención con un mensaje directo al papa: “Padre Francisco, le comparto mi agradecimiento con Dios y con la Iglesia, porque hoy soy una mujer nueva y con esperanza. Dios lo bendiga en su santa misión”.

    El testimonio de Claudia, símbolo de resiliencia y del papel de la Iglesia en la reconstrucción del tejido social, fue uno de los momentos más impactantes de la visita del pontífice a la capital antioqueña, y uno que marcó la vida de Claudia Yesenia, ya que terminó con un abrazo y un beso del fallecido papa a la joven mientras esta lloraba de emoción.