El asesinato de Édinson Rojas, alias Pichi Gordo, ocurrido en la noche del pasado jueves en el barrio El Poblado de Medellín, revivió el temor de una posible guerra a muerte entre las bandas criminales más poderosas de la ciudad.
“Pichi Gordo”, de 50 años de edad, era el segundo máximo cabecilla de La Terraza, y uno de los jefes históricos dentro del “cuerpo colegiado” de bandas criminales conocido como La Oficina. Recordemos que fue asesinado junto a uno de sus escoltas, mientras que un exfutbolista que los acompañaba resultó herido.
Tres días después, en el barrio Belén La Palma sujetos atacaron con una mini uzi a los ocupantes de un carro particular; dispararon más de 40 veces. En el hecho murió alias Cosco, cabecilla de otro de los grupos ilegales de la ciudad, además, dos mujeres resultaron heridas.
Las autoridades investigan si este nuevo homicidio con subfusil sería una venganza por la muerte de Pichi Gordo, quien tenía una participación activa en los diálogos de paz que el gobierno de Gustavo Petro adelanta en la cárcel La Paz de Itagüí.