De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Medicina Sexual de España, seis de cada diez hombres con disfunción eréctil sufren exceso de peso. El aumento de la obesidad, cuya incidencia se ha disparado un 10% en los últimos 25 años, se asocia a la disfunción eréctil convirtiéndose en una de las principales causas. “Hay que tener en cuenta que, por un lado, el incremento en la hipertensión arterial y la disminución del calibre de las arterias helicinas del pene afectan al riego sanguíneo de éste, y por lo tanto, no se puede alcanzar una erección con rigidez satisfactoria”, demuestran estos estudios.
Además, los hombres obesos suelen sufrir “una disminución en la producción de testosterona y esto afecta a la libido, a la calidad de la erección y suelen llevar asociados otros trastornos que también contribuyen a la disfunción eréctil”. Un estudio realizado en Philadelphia, publicado el pasado julio en la revista Surgery of Obesity and Related Diseases, permitió comprobar como “el 36 % de los hombres que se sometían a cirugía bariátrica padecían disfunción eréctil, trastorno que también sufría el 20 % de los que buscaba perder peso sin cirugía”. Son millones de hombres que hoy en día sufren disfunción eréctil aunque la prevalencia aumenta con la edad. Así, entre los 18 y los 40 años afecta al 17 % de los hombre, entre los 40 y los 70 años al 47% y a partir de los 70 años afecta al 72% según estos estudios.
La relación de la disfunción eréctil con la edad no es sólo un factor senil sino que depende de la coexistencia de otros factores que también van ligados al estilo de vida, como la hipertensión, alteraciones de los lípidos plasmáticos, diabetes, obesidad y el aumento de la masa grasa, principalmente abdominal. Por tanto, “para prevenir la aparición y mejorar este trastorno es fundamental llevar una dieta sana, practicar ejercicio y mantener un peso saludable”, asegura por su parte la doctora Josefina Olivares, endocrinóloga de la Unidad de Nutrición Salud-10, especializada en Metabolismo y Nutrición para la salud.
Una investigación publicada en la revista American Journal of Physiology permitió concluir cómo “la práctica de ejercicio podía ser un medio práctico para la prevención de la disfunción eréctil”. Otra investigación publicada en la revista The Journal of Sexual Medicine demostró como 200 minutos de ejercicio aeróbico a la semana producían una mejora en los niveles de testosterona, el peso y disminución de la masa grasa, y por tanto, mejora en la función sexual.
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