El reciente incidente en la lujosa residencia de Airbnb, el hotel Gotham de Medellín, ha dejado a la opinión pública consternada y desafiada por la falta de procedimientos adecuados por parte de las autoridades. Timothy Alan Livingston, un ciudadano estadounidense, fue sorprendido en un acto despreciable por la Policía.
El evento ocurrió cuando el vigilante del Gotham le negó la entrada a Livingston el 27 de marzo a las 10 de la noche. Sin embargo, unas horas más tarde, en la madrugada del 28 de marzo, a las 4:00 a. m., con ayuda de un campanero —un niño de unos 10 años—, el extranjero logró entrar con dos menores de edad. La Policía intervino y encontró a Livingston en una situación comprometedora con las menores, a lo que se sumaron las evidencias de consumo de drogas.
Aunque la Policía no llevó a Livingston ante la Fiscalía, se inició un proceso para restablecer los derechos de las menores. Sin embargo, la falta de acción de las autoridades ha generado interrogantes, con la Procuraduría General de la Nación investigando este aspecto.
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Lo que aún no se conocía públicamente es que el principal accionista del Gotham es un empresario canadiense, quien posee varias propiedades en Medellín. Estas propiedades son utilizadas para alquiler a través de plataformas digitales, como Airbnb o Booking.
En este contexto, MiOriente pudo conocer que el empresario canadiense tiene un historial desde 2018 de casi 100 reuniones con funcionarios locales tratando de enfrentar los males sociales en el distrito rojo del Parque Lleras y traer un turismo más responsable y de mayor calidad a la ciudad.
Así las cosas, ya se habían tomado medidas en el pasado cuando la empresa Casacol expulsó a otro ciudadano estadounidense, Dominick Divencenzo, de una de sus propiedades debido a su comportamiento inapropiado con menores de edad.
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