La estrecha relación entre la docente Katherine Zuluaga Ramírez y su estudiante de quinto grado, Salomé Muñoz Castrillón, es una de esas historias que en las zonas urbanas nos parecen curiosas, pero que son una realidad del día a día en el campo y en las zonas rurales más alejadas.
El lugar de esta historia está en la vereda La Ilusión, en el corregimiento El Jordán del municipio de San Carlos. Allí, en el centro educativo rural solo queda una estudiante y, a su vez, una sola docente.
La profesora habló en #DeRegreso con MiOriente, dejando claro que su compromiso con la niña es total.
Mi propósito es que Salomé termine este año escolar con aprendizajes muy significativos para que inicie su secundaria de la mejor manera. No me importa si tengo una estudiante o si tengo treinta, el compromiso siempre será el mismo. Quiero que ella tenga una visión global, que no solo se quede con lo que vea en su vereda
dijo la docente.
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En una de sus declaraciones sobre esta historia, la niña Salomé dijo que quiere ser “arquitecta o pastelera” y, aunque reconoció la enorme falta que le hace tener un compañero de clases, dijo que se siente afortunada por la amistad y guianza de su profesora Katherine.
Así como la escuela de la vereda La Ilusión, se estima que en Antioquia hay 38 escuelas rurales en las que solo hay un estudiante matriculado.
“Esta problemática no es solo en San Carlos, sino en las zonas rurales dispersas. La población se ha ido diezmando por la dificultad para sostener los cultivos, también por los efectos del conflicto armado, las dificultades de acceso, entre otros”, dijo la educadora.
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