Desde el momento en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia al COVID-19, se produjo una incertidumbre general en la población sobre lo que esto conllevaría. Aún así, nadie dimensionó el impacto que tendría el virus en todos los sectores de la economía a nivel mundial.
En Colombia, cuando el gobierno decretó el Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se encendieron las alarmas y empezamos a comprender que era necesario adoptar medidas inmediatas para la sostenibilidad económica de las empresas, brindando apoyo a sus trabajadores y buscando no afectar su mínimo vital. Pero, ¿cómo lograrlo?
Se han tomado medidas como el teletrabajo, subsidio a la nómina, auxilio al desempleo, retiro de cesantías, apoyo al cesante, entre otras que se basan en el principio universal de solidaridad, el cual se debe aplicar entre empleadores y trabajadores para que unos y otros logren superar la crisis causada.
Sin embargo, la otra cara de la moneda es la informalidad en Colombia que, según cifras del DANE, para febrero ascendía al 47,9%. Es decir que estas personas no tendrían acceso a las ayudas y subsidios anunciados, lo cual las hace aun más vulnerables y generaría una propagación inminente del COVID-19 como lo hemos notado en los últimos días, dado que, al no tener acceso a estos apoyos, deben salir a conseguir el sustento diario, aunque eso les cueste una multa y aunque no estén en condiciones de pagarla.
La reactivación económica es fundamental para el crecimiento del país y el cubrimiento de las necesidades de la población. Es por ello que muchos sectores de la economía han solicitado en reiteradas ocasiones la reapertura de sus actividades, por lo que el gobierno ha establecido las condiciones para una reapertura gradual de las empresas.
A propósito, las empresas deben cumplir con un protocolo de bioseguridad “estricto” para poder reanudar sus labores, y por eso han seguido al pie de la letra las recomendaciones de los diferentes ministerios. Pese a ello, las cifras reportadas cada día muestran el aumento de los contagios y muertes a causa del virus.
La OMS ha reiterado que la forma más efectiva para evitar el contagio y la propagación es el aislamiento preventivo y el distanciamiento social, mientras que la OCDE ha anunciado que la recesión económica generada por esta pandemia es la más alta que se haya registrado en el último siglo.
Estamos en un momento crítico para todos, unos por cuidar su salud, otros por cuidar su patrimonio y otros por sobrevivir en medio de todo. La gran mayoría pide a gritos el regreso a la normalidad, pero la pregunta es: ¿volveremos a la normalidad?
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