El paso de santa Laura Montoya por La Ceja y Marinilla: huellas de su vocación en el Oriente antioqueño

La vida de santa Laura Montoya, primera santa colombiana, también tuvo un capítulo importante en el Oriente antioqueño. En su autobiografía, la religiosa relata los años en que residió en La Ceja y Marinilla, entre 1905 y 1907, periodo que marcó su proceso espiritual y su compromiso con la educación.

Su llegada a La Ceja en 1905

En 1905, Laura Montoya fue nombrada maestra seccional y se trasladó a La Ceja por recomendación del sacerdote Ulpiano Ramírez, luego de enfrentar críticas por su método pedagógico en Medellín. La religiosa describió este traslado como una decisión motivada por la necesidad de continuar su labor docente lejos de los conflictos que enfrentaba en la capital antioqueña.

Sin embargo, su paso por el municipio no fue fácil. Según su propio testimonio, tuvo dificultades para encontrar alojamiento debido a los rumores que circulaban en su contra. Finalmente, consiguió hospedaje en una vivienda donde permaneció bajo estrictas condiciones de permanencia y horario. Durante el día, solía estar en la escuela o en la iglesia hasta altas horas de la noche, esperando poder regresar al lugar donde se hospedaba.

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En uno de los episodios más recordados de su autobiografía, la madre Laura narra un momento de profunda reflexión espiritual, en el que realizó un acto simbólico de entrega a la cruz, experiencia que ella misma describió como un alivio ante la persecución que vivía.

Su estancia en Marinilla en 1907

Dos años después, en 1907, Laura Montoya volvió al Oriente antioqueño, esta vez a Marinilla, donde el padre Ulpiano le propuso fundar un colegio. Llegó al municipio acompañada de su madre y fue acogida por la comunidad local. Allí continuó con su labor educativa y pastoral, siempre orientada, según sus palabras, a servir a Dios y a los más necesitados.

El paso de santa Laura por estos dos municipios del Oriente antioqueño fue decisivo en la consolidación de su vocación religiosa, que años más tarde la llevaría a fundar la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, dedicada a la evangelización y educación de comunidades indígenas.

Sobre Laura Montoya Upegui

Santa María Laura de Jesús Montoya Upegui nació el 26 de mayo de 1874 en Jericó, Antioquia, y falleció el 21 de octubre de 1949 en Medellín. Fue educadora, escritora y misionera, además de fundadora de la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena. Es reconocida como la primera santa de nacionalidad colombiana.

Hija de Juan de la Cruz Montoya y María Dolores Upegui, perdió a su padre a los dos años durante una guerra civil, lo que llevó a su familia a enfrentar una situación económica difícil. Estudió en la Escuela Normal de Institutoras de Medellín, donde obtuvo una beca estatal y se graduó como maestra en 1893.

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Su labor docente la llevó a municipios como Amalfi, Fredonia, Santo Domingo, La Ceja y Marinilla, donde promovió la educación con enfoque cristiano. Durante esos años comprendió su vocación misionera y, en 1914, con el apoyo del obispo Maximiliano Crespo Rivera, fundó su congregación en Dabeiba, Antioquia, junto a un grupo de catequistas. Desde allí inició su trabajo con comunidades indígenas e impulsó la formación espiritual y educativa en regiones apartadas.

La madre Laura escribió más de veinte obras de carácter espiritual y autobiográfico, entre ellas Historia de la Misericordia de Dios en un alma. En 1939 recibió la Cruz de Boyacá por su trayectoria. Pasó sus últimos años en Medellín, afectada por problemas de salud, hasta su muerte en 1949.

Fue beatificada en 2004 por el papa Juan Pablo II y canonizada el 12 de mayo de 2013 por el papa Francisco, quien la proclamó oficialmente santa en una ceremonia en la Plaza de San Pedro. Desde entonces, su memoria se conmemora cada 21 de octubre, día de su fallecimiento.

Con información de archivo de MiOriente.

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