Los gremios de conductores de Rionegro ajustan dos días en paro. Las banderas las han levantado en rechazo a la operación del Sistema Integrado de Transporte Inteligente de Rionegro. A pesar de las negociaciones con las autoridades para desmontar el nuevo modelo, las partes no ceden.
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Todo empezó hace un año cuando el alcalde de Rionegro, Rodrigo Hernández, retomó un proyecto espinoso: la restructuración del transporte público de pasajeros en la localidad. Ante todo pronóstico y con una oposición férrea, lo sacó adelante.
Bautizó el proyecto con el acrónimo Sitirio, que recoge en sus letras al Sistema Integrado de Transporte Inteligente de Rionegro: la unificación del servicio de transporte público municipal bajo un solo nombre y método. De acuerdo con la narrativa de la Alcaldía, la iniciativa solo ofrece beneficios, pero los conductores desestiman esa posición.
La restructuración beneficia a la ciudadanía porque con un solo pasaje se van a poder desplazar. Por el otro lado, los transportadores saldrán ganadores porque logran tener la cobertura de todas las rutas del municipio
relató el mandatario local.
Al contrario, los conductores afirman que Sitirio vulnera sus derechos. Rolfi Alzate Mesa, líder del movimiento, contó que no tienen garantías en el proceso y que el nuevo sistema no respeta la soberanía que tienen sobre las rutas que llevan bajo el mando hace décadas.
Nosotros llevamos muchos años operando una ruta y ahora no la tenemos. Con Sitirio no tenemos un pago asegurado, no tenemos beneficios
expresó el líder.
Conociendo la posición de los conductores, Sitirio arrancó operaciones en noviembre. Desde entonces, las agremiaciones de transportadores han tratado de desmontar el proyecto a través de manifestaciones pacíficas y bloqueos.
La situación se agravó el 6 de diciembre, cuando los conductores paralizaron la movilidad en Rionegro. Para alivianar la tensión, la Alcaldía conversó con ellos, pero no llegaron a un acuerdo. Sitirio es un callejón sin salida: los transportadores quieren eliminarlo; el alcalde no lo contempla.
Desde ese día se mantiene un paro indefinido que ha afectado el transporte en el Valle de San Nicolás. Los buses intermunicipales no se atreven a ingresar a Rionegro porque las vías están cerradas y, además, han recibido amenazas.
Un conductor de una buseta me dijo que, si entraba a Rionegro, me quebraba los vidrios del carro
relató un transportador.
Las autoridades tienen conocimiento de las denuncias. Al consultar con los líderes del paro, argumentaron que no han amenazado a los conductores, “solo los hemos invitado a que nos acompañen”.
Hasta la tarde de hoy, 7 de diciembre, el transporte público de Rionegro sigue paralizado, los buses intermunicipales ingresan al municipio con intermitencia y, sobre todo, no hay acuerdo.
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