Manolo y Yerry: esos eran los nombres de dos de varios perros que, a principios de esta semana, han sido envenenados en sectores distintos del municipio de Rionegro, en hechos que ya comienzan a preocupar a la comunidad.
Historias llevas de impotencia
El primer caso corresponde a Manolo, el perro labrador de Carlos Andrés Gómez, habitante de la famosa finca roja del sector El Águila, por la Universidad Católica de Oriente. Todo comenzó el lunes 6 de julio cuando, a eso de las 5:20 p.m., su mascota comenzó a comportarse de manera extraña.
“El perro estuvo jugando y de un momento a otro empezó a botar babaza, llorando, corriendo desesperado, y lo que hizo el perro fue irse de la finca por la parte de atrás para salir a la Católica”, dijo el dueño.
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Ese día, a pesar de buscarlo hasta las 8 p.m., no pudo encontrarlo. Al día siguiente, Carlos Andrés madrugó para continuar la búsqueda, hasta que unos vecinos del sector Santa Ana, en la zona de El Pinal, le dieron razón de su mascota.
“Nos contaron que el perro se había muerto. Nos llevaron hasta el lugar en que lo habían enterrado. Dijeron que habían llamado a una veterinaria creyendo que el perrito tenía ataques de epilepsia, llevaron una vacuna y todo por si tenía ataques, y no… se dieron cuenta que estaba envenenado”, narró Gómez.
Todo parece indicar que Manolo fue envenenado con una salchicha impregnada de raticida, pues los vecinos, y la veterinaria que lo atendió, dicen tener indicios de otros animales envenenados de la misma manera.
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“La veterinaria me dijo que había sufrido mucho, porque esa muerte es muy dolorosa para ellos”, agregó indignado este rionegrero que, no obstante, sigue preocupado por lo que pueda suceder con otros dos perros que tiene en su finca.
Casos difíciles de prever
Yerry, el perro chiguagua de Brigit Henao, no corrió con distinta suerte. A este animalito lo encontraron muerto en el sector El Oasis, en la tarde del pasado martes.
“No sabemos quién fue porque al perrito se lo encontró gente que vive por El Oasis. Dicen que estaba chapaleando, pero no se sabe más”, contó la dueña, a propósito habitante del sector Cuatro Esquinas.
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Esa tarde Yerry salió un momento de su casa, en medio de un descuido de alguien que, en medio de unas obras de construcción que adelantan en la casa de Brigit, dejó la puerta abierta. Sin embargo, no era común que el animal se alejara de allí.
“El que recogió a nuestro perro fue un policía que está asignado para esos casos. Nos dijeron que ya está en investigación porque hay como 16 casos más”, explicó la afectada, quien tuvo que enterrar a su mascota cerca de su casa.
La Alcaldía ya está enterada
Al respecto, Andrés Felipe Arango, subsecretario Ambiental de Rionegro, indicó que las autoridades brindaron acompañamiento a otros casos que se presentaron en el sector Quebrara Arriba, para facilitar los canales de denuncia, en este caso, ante la Fiscalía General de la Nación.
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“Hacemos una invitación a toda la comunidad para que denuncien este tipo de actos que atentan contra la vida de estos animales, para que podamos realizar todas las actuaciones pertinentes y esclarecer los hechos”, aseguró Arango.
En estos momentos, expertos de Cornare adelantan pruebas toxicológicas sobre el cadáver de uno de los animales para determinar las causas de la muerte, y especialmente el producto utilizado para causarles el deceso.
La importancia de las denuncias
Por su parte, Albeiro Picue Conda, integrante de Policía Ambiental, explicó que la institución ya adelanta investigaciones para capturar a los responsables, para lo cual es necesaria la denuncia formal de las víctimas.
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“Invitamos a la comunidad para que nos ayude a denunciar estos casos de maltrato animal en las líneas 123 y 122 de la Fiscalía, para tener antecedentes y poder judicializar a estas personas”, dijo Albeiro.
La ley establece penas de prisión de entre 12 y 36 meses, y multas de hasta 50 salarios mínimos mensuales legales vigentes para las personas que incurran en este delito.