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Huellas de santidad en tierras unitenses

  • Por: Johana Velásquez Osorio

    Se acercaban las 10 de la mañana, era un día domingo en donde Alba López se disponía a participar de la eucaristía. Todo transcurría con normalidad, pero antes de finalizar la misa en La Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes el Pbro. Sergio Augusto Botero Duque, les dijo a los feligreses presentes que el Papa Francisco había aprobado la beatificación de Mons. Jesús Jaramillo Monsalve y del P. Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el Cura de Armero.

  • Doña Alba al escuchar el nombre de Jesús Emilio Monsalve, de inmediato trajo a su memoria los momentos compartidos en familia con este hombre de Dios, ella no podía creer que el sacerdote que les impartió la bendición en el rito de matrimonio que ella contrajo con Joaquín  Sánchez, sería beatificado por el sucesor de Pedro. Quedo tan impactada con semejante noticia que al instante fue a compartir su emoción con la Hermana Adriana Restrepo y con el sacerdote José Iván, quienes en un principio no creyeron, pero luego confirmaron en el despacho parroquial de La Unión en el libro  y en las actas matrimoniales consignadas en el mismo  y ahí corroboraron que este obispo si había pasado por tierras unitenses.

     “Imagínese saber que uno estuvo con él, que le dio la mano y que nos dio la bendición, con alguien que  va a hacer beatificado, eso es una dicha muy grande, ese lujo no se lo da cualquiera” manifestó Alba.

    El presbítero  Jesús Emilio Jaramillo, nació en Santo Domingo Antioquia, luego de llevar a cabo sus primeros estudios en dicho pueblo, ingresa al seminario de Misiones extranjeras de Yarumal. Después de un tiempo, a este sacerdote se le encomienda la misión de ser el director espiritual y posteriormente ejercer la labor de maestro de novicios en la Diócesis de Santa Rosa de Osos.

    En medio de esta ardua tarea de evangelización hacia los demás, conoce a Joaquín Sánchez, quien sería alumno de él por cuatro años en el seminario. Joaquín, estudia la filosofía y la teología en los Misioneros Javerianos de Yarumal, él se retira del proceso del sacerdocio y por cosas del destino, Joaquín, llega al municipio de La Unión, en donde comienza una nueva vida, la cual estuvo marcada por la enseñanza y el activismo social en pro de buscar soluciones constructivas en las diferentes comunidades rurales y urbanas de esta localidad. Fue profesor de matemáticas y música, y en medio de las clases conoció a Alba Sánchez, quien tiempo después se convertirá en su esposa.

    Aunque Joaquín se haya retirado del seminario, esto no fue impedimento para cultivar la amistad tan sincera que había surgido con Monseñor EmiliO. Ellos se comunicaban constantemente, hablaban de sus vidas, de sus problemas y del futuro, ya que querían ver cada uno desde sus diferentes destinos  un país mejor y más equitativo. Además, la señora Alba relata que  su esposo “se sentía orgullosísimo de haber sido alumno de Jesús Emilio, decía que el sí era de verdad un evangelizador”.

    Alba y Joaquín, siempre apreciaron las enseñanzas impartidas por Monseñor, ya que él les decía que debían amar a Dios y dejar que él les iluminará en cada momento. Alba, se iba enamorando cada vez más de Joaquín, al igual que él de ella. Transcurridos algunos meses él le propone matrimonio. Contraen nupcias el 14 de diciembre de 1963, y la celebración litúrgica se desarrolla en La Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes, presidida por Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, quien para ese entonces viajó desde el Arauca, lugar en el que se encontraba como sacerdote misionero.

    Según nos cuenta Albita, como le dicen de cariño, que lo que más le recalcó en la homilía a los dos, fue la unidad familiar  y que siempre hablaran con la verdad. “Por eso La Unión puede sentirse muy orgullosa de esta beatificación. Ya que estuvo acá en esta Parroquia, en esta Iglesia”.

    De obsequio de matrimonio les regaló una biblia. El libro sagrado que aún conservan ,y en el que está plasmada la firma y la dedicatoria de ese 14 de diciembre.

    Esta familia, seguía en contacto con él, hasta que un día les llegó la trágica noticia de que Monseñor Jaramillo, obispo de Arauca  fue asesinado por el Eln,  el 2 de octubre de 1989,

    Su muerte les causó mucho impacto, sobre todo a Joaquín, quien perdía a un amigo y maestro. Años después del fallecimiento de Moñseñor, Joaquín muere también a mano de los paramilitares, por su liderazgo, ya que fundó  22 clubes polideportivos  con su respectiva personería jurídica.

    Su esposa, quien se siente orgullosa del que fuera su esposo, habla con vehemencia y dice que el liderazgo de Joaquín, en gran parte es heredado de las enseñanzas de Monseñor Jaramillo.

    Él ser líder, lo llevaba en la sangre, el ayudarle a la gente, el luchar por la igualdad, eran sus consignas de vida. “Ellos dos eran muy buenos amigos, él le contaba todos los peligros por los que tenía que pasar en el Arauca; y que a pesar de todas las amenazas seguía adelante porque esa era su misión”, aseguró Alba.

    En medio de sus recuerdos y sus añoranzas, Alba invita a que lean la vida de este sacerdote que no le tuvo miedo al qué dirán, y que con mayor contundencia luchaba por la reivindicación de un trato más digno hacía los indígenas.  “Si nosotros seguimos las enseñanzas de Monseñor Jesús Emilio podemos acortar el camino para el cielo”.

    Francisco, firmó el Decreto de reconocimiento del Martirio de Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. Su beatificación se celebrará este viernes 8 de septiembre del 2017, en Villavicencio, con motivo de la visita del Sumo Pontífice a nuestro país. La ceremonia de Beatificación se hace en la Santa Misa, a las 9:30 a. m. la cual estará dirigida por su santidad Papa Francisco.

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