Asados Doña Rosa, uno de los restaurantes más emblemáticos de la cocina paisa, empezó a operar a media máquina. De sus 250 empleados, 50 están en la reactivación. En los salones había soledad y optimismo, una mezcla agridulce de quienes están listos para la reactivación.
Sus medidas de bioseguridad son llevadas a cabo según el manual y la misma Rosa Sánchez está en la escena, como un guardián, velando por la seguridad de los usuarios y colaboradores. “Estoy muy contenta porque nos vamos a reencontrar con nuestros clientes y amigos y porque vuelven nuestros empleados a estar en sus puestos”, dijo doña Rosa.
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Por su parte, en El Blazón, restaurante de El Provenir, también de Rionegro, había una fila de tres personas que compraban para llevar. Cada uno sentado en unas sillas dispuestas de manera especial, a una distancia prudente. Hay letreros vistosos por todas partes y la gente pareciera conocer cómo funciona el proceso.
La administradora del restaurante, Sofía Jiménez, dijo a MiOriente que es muy halagador estar entre los 8 restaurantes del piloto y agregó que “somos muy conscientes de la responsabilidad que tenemos a la hora de atender a nuestros clientes y con nosotros mismos".
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En Rionegro, los restaurantes que están operando bajo estas medidas de bioseguridad son Asados doña Rosa, Crepes and Waffles, El Blazón, La Abuela Nita, Mundos, Mundo verde, Plazoleta de comidas de San Nicolás y Rancho Paisa.
Protocolos para ingresar al restaurante:
Al ingreso de los restaurantes hay que desinfectarse los pies y las manos. Allí toman temperatura y algunos datos que serían de vital importancia para las autoridades sanitarias en caso de requerir un cerco epidemiológico.
Al ingreso entregan una bolsa plástica para guardar los tapabocas, que solamente se retiran en el momento de ingerir los alimentos. Un mesero dirige a los usuarios a la mesa, que es desinfectada previamente.
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En las mesas solamente se pueden sentar dos personas y hay códigos QR para abrir los menús desde el dispositivo personal y el negocio cuenta con una carta visible en un sitio aireado. Los cubiertos son desechables y el pago se debe hacer, preferiblemente, por transferencia electrónica. Para el ejercicio de pagar en efectivo se desinfectan los billetes.
Del éxito de estas pruebas piloto, sumadas al control de la curva epidemiológica de cada localidad, dependerá el éxito de la reapertura gradual de otros restaurantes y sectores de la economía tanto en Rionegro como en el país.