La conducta suicida se compone de un conjunto de eventos complejos, que pueden afectar a personas de cualquier edad o condición; cuando se manifiesta como el suicidio consumado, tiene consecuencias devastadoras para el individuo, su familia y comunidad, y sus efectos son duraderos. Esta conducta se encuentra asociada a diversos factores de riesgo que pueden ser intervenidos con acciones específicas que abarcan el espectro de la promoción de la salud mental, así como la prevención y atención a los problemas y trastornos mentales, involucrando a diferentes sectores e instituciones y a la sociedad civil, de modo que se logre evitar así los desenlaces fatales.
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Hablar del suicidio no incita a esta conducta, la previene
Hablar hoy de suicidio es lo que era hace algunos años hablar de sexo o sexualidad. La cara se sonroja, es mejor cambiar de tema, “para qué se habla de eso”. Es como cuando se pensaba que hablar de sexualidad o métodos de planificación incitaba a tener sexo o iba a aumentar los embarazos. Eso mismo se cree hoy del suicidio; pero hablar de él no va a aumentar los casos o la conducta suicida, por el contrario, permitirá bajar el tema al plano terrenal y que no sea más un tabú.
“Durante mucho tiempo se ha mantenido la idea de que hablar del suicidio induce al suicidio, el llamado efecto contagio o efecto Werther. Hoy la postura científica internacional es firme y tajante: hay que dialogar sobre ello; lo importante es cómo hacerlo para no aumentar el número de casos e incluso prevenirlo. Los medios pueden ayudar en la instauración de conductas de afrontamiento adecuadas y desmitificar este problema, lo que se llama el efecto Papageno”, explica Martín-Barrajón Morán, reconocido psicólogo español que ha trabajado temas de prevención, intervención y posvención de conductas suicidas.
Es necesario seguir implementando en Colombia acciones desde todas las esferas (educación, salud, justicia, empleo), que aborden el suicidio como un problema multifactorial de salud pública. Se requiere identificar los diferentes factores de riesgo asociados a la conducta suicida, lo que permitiría que este tipo de violencia fuera previsible y prevenible, e intervenir y hacer seguimiento a esta población. Por otra parte, también es importante acabar con el estigma que se ha creado en torno al suicidio a partir de una sociedad informada y enfrentar el problema de cara a la solución y no con su ocultación.
El panorama departamental: Antioquia
Las cifras del Instituto Colombiano de Medicina Legal indican que en el departamento de Antioquia, en promedio, diariamente una persona decidió terminar con su vida: hasta marzo de 2022 se habían reportado 108 casos de suicidio.
De los 2.595 casos que se presentaron en el país durante 2021, Antioquia aportó cerca del 15 %, con 365. En promedio, en Antioquia, durante 2021, una persona se suicidó cada día; Medellín abarca la mitad de los casos con 184 suicidios, 146 hombres y 38 mujeres.
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El panorama nacional
Entre enero y abril de 2022 Colombia ya superó las cifras registradas en los mismos meses de 2021. En el primer cuatrimestre del presente año 690 hombres y 167 mujeres se han quitado la vida en todo el territorio nacional. Antioquia es el departamento con más casos después de Cundinamarca.
El panorama mundial
Los datos sobre el suicidio ya eran preocupantes en todo el mundo antes de la llegada de la covid-19. Un estudio publicado en agosto de 2021 en la revista Injury Prevention muestra cómo el número global de muertes por esta causa ha aumentado en casi 20.000 en los últimos 30 años, incluso cuando las tasas por edad habían disminuido considerablemente durante este periodo.
A pesar de ser el causante de casi 800.000 muertes al año, estas conductas no han recibido el nivel de atención que se presta a otros problemas de salud pública global, como el VIH y el cáncer
explicó uno de sus autores, de la Universidad de Hong Kong (China).
Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “cada muerte es una tragedia. Prestar atención al suicidio es incluso más importante ahora, después de muchos meses inmersos en la pandemia y cuando muchos de los factores de riesgo —pérdida de empleo, apuros económicos y aislamiento social— siguen estando muy presentes”.
Fuente: Minsalud, E. S. E. Hospital Mental de Antioquia.
