Frente al mantenimiento de la autopista Medellín-Bogotá, puntualmente en el tramo El Santuario-Caño Alegre, que se ha visto tan afectado en los últimos meses por los constantes derrumbes, el director general del Instituto Nacional de Vías (Invías), Juan Esteban Gil, se pronunció.
Sucedió en Bogotá, durante el debate de control político citado por el congresista rionegrero Esteban Quintero, en la Comisión Sexta de la Cámara de Representantes.
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“El tramo El Santuario-Caño Alegre, de 135 kilómetros de longitud, fue recibido por el Invías (de parte de Devimed) desde el primero de septiembre. Para ese momento el instituto no contaba con recursos para la actual vigencia, ya que todos los peajes entran en recaudo a partir del año 2020”, dejó en claro Gil.
De acuerdo a la anterior afirmación, el Invías expuso que a raíz de esa situación se vio enfrentado a activar un plan de contingencia: solicitar dinero al gobierno nacional para poder sopesar cualquier eventualidad como la presentada hace dos semanas a la altura del municipio de San Luis.
Así entonces, queda claro que cuando recibieron la vía no tenía recursos, pero que a la fecha ya existe una reserva presupuestal para los próximos años. No obstante, las denuncias de los usuarios no paran.
Un lector de MiOriente, por ejemplo, escribió: Hola, buenas noches, quisiera poner en conocimiento el mal estado de la autopista Medellín-Bogotá. Desde que recibió Invías, es deplorable el estado en el que se encuentra (la vía), y cada día peor: el lunes se me estalló una llanta por uno de los tantos huecos, y presencie la caída de un motociclista por culpa de estos.
Serán entonces los próximos dos años una prueba de fuego para que el Invías, mediante su gestión, ponga fin a los contratiempos que surgen en esta importante arteria vial; y serán los mismos usuarios que hoy denuncian, quienes más adelanten avalen el cometido.