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Niños campesinos: el blanco de los ladrones en el Oriente

  • En menos de dos meses, MiOriente ha titulado varias noticias de la siguiente manera: “Tras robo, niños de una escuela en San Francisco se quedaron sin computadores”; “Escuelas rurales de El Peñol, cansadas de que las saqueen”; “En una semana, dos escuelas de La Unión fueron hurtadas”; “Vuelve y juega: roban otra escuela rural, esta vez en Guarne”; “¡De nuevo! Roban escuela rural en Granada”; “¡Se repite! Roban otra escuela rural, esta vez en Marinilla”.

    Son ocho las escuelas rurales reportadas que han sido saqueadas entre junio y agosto de 2018. Estos robos tienen algo en común: los ladrones van por los mismos elementos y lo hacen de la misma manera: de noche, sin mucho ruido y sin generar alarmas entre la comunidad.

  • Son apenas una parte de la lista que el Distrito Número 5° de Policía tiene de hurtos de ese tipo en lo corrido del año en los municipios de su jurisdicción. Sin embargo, aunque después de cada denuncia oficial de los docentes y de la comunidad afectada por estos delitos se toman algunas medidas, a la fecha los hurtos no paran.

    En la mañana del miércoles 15 de agosto, por ejemplo, la Policía recibió la denuncia de un nuevo hurto a la escuela de la vereda Campo Alegre, en Marinilla, uno de los municipios del Oriente que más robos a centros educativos rurales presenta. ¿Hasta cuándo?

    ¿Qué dicen las autoridades?

    Según el mayor Pedro Andrés Isaza, comandante del Distrito N° 5 de la Policía, de acuerdo a la información recolectada en las investigaciones y también suministrada por la comunidad de las veredas, han establecido como primera hipótesis que la autoría de los delitos corresponda a la misma comunidad.

    Isaza mencionó que “ellos (comunidad) saben que han dotado a las escuelas de buenos elementos y se aprovechan de esto. Además, van a la fija porque lo hacen de una manera muy práctica: van al punto sin generar mucho desorden”. Al menos esa es la hipótesis que manejan para los hurtos en Marinilla, Guatapé, El Peñol, Granada, San Rafael, San Carlos, Cocorná y El Santuario.

    Las labores de peritaje realizadas en las escuelas afectadas, anotó el Mayor, han permitido deducir que los elementos usados para ingresar a las escuelas son herramientas como azadones y machetes, “lo que sustenta aún más esta teoría”.

    Aunque los continuos robos dejan al descubierto la necesidad de incrementar la seguridad en zonas rurales de varios municipios del Oriente, el Comandante aseguró que junto a las administraciones municipales se han contemplado algunas alternativas para combatir este flagelo, como la posibilidad de instalar vigilancia nocturna constante en centros educativos rurales o movilizar los equipos de valor durante los fines de semana. No obstante, son decisiones que no se han tomado.

    Los alcaldes…

    Édgar Villegas, mandatario de Marinilla, en diferentes ocasiones ha repudiado este tipo de actos que solamente en 2018 les ha dejado a nueve escuelas rurales pérdidas por más de 100 millones de pesos, afectando directamente a los niños que cuentan con menos recursos.

    A diferencia del Mayor de la Policía, Villegas asegura que “se trata de una bandita de delincuencia común que se ha tomado las escuelas rurales de ruana, están afectando la seguridad y principalmente la educación de los niños de la región”.

    Por tal razón, a raíz de los dos últimos robos, la Administración ofreció “una cuantiosa recompensa a quienes entreguen información para acabar con esta banda”, agregó Édgar Villegas.

    De igual manera, mandatarios como José Cirilo Henao, de El Peñol, frente han sostenido reuniones y consejos de seguridad para analizar posibilidades como las de generar sistemas de vigilancia nocturnos que permitan poner freno a los hurtos.

    Los docentes…

    Cansados de que se les roben los computadores, tablets, dinero para celebraciones del Día del Niño, de fin de año y hasta las alarmas de las escuelas, docentes como María Elena Ceballos, del Centro Educativo Rural Colorado, en la vereda Bellavista de Guarne -asaltado el pasado 26 de julio-, manifiestan su tristeza al respecto porque aseguran que los ladrones “más allá de llevarse algo material, se roban los sueños de los niños. Ellos (ladrones) no se imaginan las dificultades y los esfuerzos para sacar adelante algún proyecto en una escuela rural”.

    Aunque los docentes se han encargado de poner las denuncias oficiales y hacer el llamado necesario para incrementar la seguridad en sus planteles, tienen una prioridad que va más allá: recuperar los elementos, hacer las gestiones necesarias e ingeniárselas para continuar tanto con el calendario académico como con las actividades que se ven truncadas con los hurtos de dinero.

    A la fecha, lo cierto es que los hurtos no paran, que hay acciones que necesitan celeridad y, lo más triste de todo, que los niños campesinos son el blanco de los ladrones en el Oriente.

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