En investigaciones de varios grupos a nivel mundial se basa la Organización Mundial de la Salud (OMS) para descartar la posibilidad de que el COVID-19 pueda ser transmitido por medio de la picadura de mosquitos.
Según los expertos, estos insectos no transmiten el virus aunque se hayan alimentado de la sangre de personas contagiadas, debido a que el SARS-CoV-2 es incapaz de replicarse en los mosquitos y, por lo tanto, su propagación por este medio es improbable.
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“La falta de replicación viral impediría la posibilidad de transmisión biológica a un nuevo huésped y ratifica lo que la OMS afirma sobre que no ha habido evidencia de transmisión del COVID-19 por artrópodos que succionan sangre como los mosquitos”, indicó José Mojica, infectólogo del Ministerio de Salud y Protección Social.
A esta conclusión llegó un grupo de investigadores que adelantó pruebas en 227 mosquitos de las tres especies que más capacidad tienen de infectar a las personas. Se trata del Aedes aegypti, el Ae Albopictus y el Culex quinquefasciatus, mismos que, después de 24 horas de haber sido inoculados (contagiados), no demostraron rastro del virus ni en sus glándulas salivales ni en sus intestinos.
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“La única excepción en la recolección de los virus de un total de 48 mosquitos analizados, fue la de encontrar virus infecciosos recogidos a las 24 horas luego de la inoculación sólo en uno de ellos, de la familia Ae Albopictus, que contenía la misma carga viral correspondiente a la inoculada en un principio”, indicó el Ministerio de Salud.
De este modo, los estudios sugieren que, en el caso de estos animales, puede registrarse una rápida pérdida de infectividad, y por ende una falta de replicación del virus.