Este es el testimonio de una valiente que ha decidido darse a los demás en tiempos de crisis. Decir “darse” es decir “entrega”, “trabajo”, “sacrificio”, “amor”. Lejos de los suyos, ha querido ser para sus pacientes, más que una enfermera, una compañía. Más que nunca ha hecho de la suya una profesión humana.
El llamado
Lea este artículo con conciencia. Es lo que esta vez nos atrevemos a pedir. Nos apartamos por un momento de las fórmulas básicas del periodismo para darle voz a quienes hoy batallan la batalla de la vida. Y lo hacemos porque hemos entendido que ellos, más que los medios de comunicación, merecen hablar, y nosotros, en cambio, necesitamos escucharlos.
La hablante
Su nombre es Jimena Ossa Vallejo. Es enfermera profesional de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Somer de Rionegro. A pesar de las muertes y el estrés que genera la creciente curva de contagios, siente que, de alguna manera, ha podido adaptarse gracias al apoyo que recibe de la institución para la cual trabaja. Es honesta, sí, en expresar el temor y otros factores que complican, más de lo normal, una labor que se hace con el corazón.
El testimonio
Esta situación nos ha cambiado muchísimo. Desde el punto de vista emocional, afecta a cada persona. Y eso, obviamente, se ve reflejado en la dinámica de trabajo. Los pacientes son cada vez más complejos y eso ha aumentado la carga laboral. El miedo está constantemente presente al momento de ir al trabajo, y hay compañeros que, de pronto, sacan más a flote esas emociones. Es muy difícil, pues siempre estamos con el miedo de qué va a pasar, de que uno se contagie y llegue a la casa a exponer a la familia. Entonces pienso que el miedo ha sido el común denominador de todos, y eso ha hecho que sea más tenso el trabajo.
A mí no me han discriminado. La recomendación de la clínica fue tratar de no usar uniformes en la calle. Cuando todo esto comenzó, y no había transporte público, nos dijeron que tratáramos de ir al trabajo en ropa por nuestra propia seguridad. En el lugar donde yo vivo todo el mundo sabe que soy enfermera y nunca he sentido discriminación. Pero sí hubo momentos, al inicio de la cuarentena, en que muchos transportadores no le paraban al personal que venía para la clínica. Ahora, ya no tanto; creo que la gente le está quitando el miedo al profesional de salud.
Al principio fue muy difícil adaptarse a esta situación. Para las familias y para uno siempre va a ser muy complicado. De todas maneras, nosotros tenemos muchos protocolos, tanto para salir de la clínica como para llegar a la casa. A medida que pasa el tiempo, y que esto se hace más recurrente, las familias empiezan a entender que así es. Yo creo que todo es un proceso de adaptación.
He aprendido que, definitivamente, hay cosas muchísimo más importantes que lo que la sociedad estaba pensando. En este momento no hay nada más importante que la familia. Yo no soy de Rionegro, y el hecho de no poder ver a mi familia, porque mis papás ya tienen edad avanzada, es muy difícil. Uno ve todos los días a pacientes que no pueden recibir visitas, que no pueden tener una buena comunicación, y eso muestra lo realmente importante de la vida.
Estábamos viviendo en un mundo demasiado superficial, que se interesaba por otras cosas. Llega esta pandemia en un momento en el que, de pronto, pensábamos en las posesiones materiales, y se da uno cuenta que es más importante la familia, la salud, el bienestar de las personas. Esto ha dejado un aprendizaje muy grande.
En mi profesión el apoyo emocional al paciente es el día a día. Más que garantizar el tratamiento y el cuidado de los pacientes de forma física, nuestra profesión nos ha permitido estar apoyando, acompañando la parte espiritual, y ahorita sentimos la responsabilidad de volvernos más humanos porque hay pacientes que están presentando una situación complicada.
Yo le diría a la gente tantas cosas. Les digo que se cuiden. Uno se da cuenta que hay posibilidades de protegerse. Nosotros salimos a trabajar y, sin embargo, podemos llegar a casa con la tranquilidad de que nos protegimos, de que nos cuidamos. Si la gente pudiera realmente protegerse y cumplir todas las medidas que están disponiendo los entes gubernamentales, sería una ganancia muy grande. Motivo a las personas a que puedan brindar lo mejor por sus familias y por ellos mismos.