Lo que parecía un sueño hecho realidad, se convirtió en un caos. Libardo Ríos Álvarez, un campesino de Sonsón, quien todos los días se encargaba de distribuir frutas y verduras frescas traídas del campo hacia la ciudad de Medellín, en la Central Mayorista, decidió ampliar su negocio a gran escala y le sucedió lo inesperado.
Tras años de solicitudes por parte de la Cooperativa de Consumo para que Libardo fuera proveedor directo de ellos, finalmente lograron negociar un convenio e iniciaron la distribución frutas y verduras para sus almacenes. Así que Libardo tuvo que comenzar a cambiar su modelo de negocio, reemplazar su bodega pequeña de la Central Mayorista en Medellín y situarse en una bodega mucho más grande ubicada en la Avenida Guayabal.
Según el diario El Tiempo, quien tuvo contacto con la familia, ellos declararon que tuvieron que reemplazar todo y comenzar un negocio más grande. “Tuvimos que cambiar los vehículos y destinar uno para cada almacén, comprar decenas de canastillas nuevas, una máquina empacadora, una cava para refrigeración de productos importados, marquillas contramarcadas con el logo del Consumo, horarios de entrega rigurosos y muchas veces nos devolvían hasta la mitad de los productos”, afirmó Juan Felipe Ríos, hijo de Libardo y administrador del negocio.
Pero, todo dio un giro inesperado, porque la Cooperativa de Consumo fue intervenida en el 2015 por una orden de la Superintendencia de Economía Solidaria. Por este hecho, hubo cesación de pagos a los proveedores como Productos Río Arriba SAS y la empresa de Libardo, que ahora está liquidada y tiene una deuda congelada de casi 1.500 millones de pesos. “Empezamos a hacer recorte de personal, sacamos casi 50 empleados, eso fue en agosto del 2016 aproximadamente, para noviembre las pérdidas tan grandes y el no pago nos llevó a decirles que no podíamos seguir despachando”, dijo Juan Felipe.
Según Libardo, la deuda no sólo está dirigida a los bancos, sino también a los campesinos. “Se les quedó debiendo a ellos, el Consumo no quiere pagar y me tiene reventado. Le pido que me pague para sobrevivir”, expresó Libardo. A esta petición respondió el gerente de la cooperativa, Guillermo Arboleda, que “para la Cooperativa de Consumo ya había adquirido exclusividad con Río Arriba como único proveedor, pero los altos costos de la empresa de Libardo ya estaban generado más pérdidas al Consumo, que está en pleno proceso de reestructuración”.
De esta manera, el Gerente indicó que a la deuda a Libardo desde la finalización de prestación de servicios en noviembre del 2016, se han hecho abonos graduales (16 de noviembre: 29 millones de pesos, 22 de noviembre: 36 millones de pesos, 29 de noviembre: 50 millones de pesos, 14 de diciembre: 50 millones de pesos, 26 de diciembre: 50 millones de pesos y 10 de enero de 2017: 40 millones de pesos), con lo cual la deuda está en un poco más de 522 millones de pesos. Después de ver las opiniones por las dos partes, sólo queda esperar que se finalice de pagar la deuda restante.
