Un guayacán rosado y una acacia amarilla fueron las dos especies de árboles que fueron talados en el parque La Valvanera del municipio de Sonsón, una acción que ha causado incomodidad entre la comunidad. La orden de la tala fue dada por el sacerdote Javier Toro, rector del Santuario Nuestra Señora de Valvanera, quien asegura haber tenido el permiso para tumbar los árboles.
Según Toro, él “llevaba varios meses solicitándole a la Secretaría de Asistencia Rural y Medio Ambiente (Saryma) que realizara la poda y tala, debido a que esos árboles no les permitían recibir luz a otras dos especies de guayacanes del mismo parque”. Además, el sacerdote asegura que funcionarios de Saryma le dijeron que, “si al finalizar el mes de febrero no habían ejecutado la solicitud, yo mismo hiciera la acción”.
No obstante, la versión del sacerdote dista de la que cuenta Valentina Gómez, integrante del colectivo Fibonacción, quien asegura que “el sacerdote no tenía la potestad para realizar la tala, puesto que esa acción solo puede llevarse a cabo por parte de Saryma o Aguas del Páramo”. La ambientalista resalta que desde el colectivo ya interpusieron acciones legales “que nos llevarán a una audiencia donde esperamos que le pongan una sanción ejemplar al Padre”.
Por su parte, Cristian Camilo Pérez, ingeniero ambiental del municipio, explicó que en ningún momento se otorgó permiso alguno para la tala de árboles en el parque, y a su vez aseguró también que ese árbol sí tenía un problema sanitario, de acuerdo al diagnóstico que en años anteriores se les realizó a las especies del municipio.
Aún con versiones encontradas, lo cierto es que tanto el guayacán rosado y la acacia amarilla ya no hacen parte del parque donde permanecieron por más de 10 años. Según el Ingeniero, el hombre que cortó el árbol, contratado por el sacerdote, recibió un comparendo de acuerdo al Código de Policía, “y todavía no sabemos si la autoridad ambiental se va a pronunciar al respecto”.