Así relata Rutas del Conflicto, la toma guerrillera de las Farc al municipio de Nariño en 1999:
“En un ataque que duró 30 horas, cerca de 300 miembros de los frentes Noveno y 47 de las Farc, asesinaron en el municipio de Nariño, Antioquia, a 16 personas entre el 30 de julio y el primero de agosto de 1999. La masacre dejó otros 16 heridos y ocho policías secuestrados, de los cuales siete recuperaron la libertad dos años después. La toma terminó con la llegada de aviones militares. Antes de marcharse, el grupo insurgente asesinó en la plaza municipal al que para aquel entonces era el Comandante de Policía de Nariño”.
Dieciocho agostos después, Nariño ha logrado contar una historia de resurgimiento y paz, pero sin olvidar las líneas que con sangre y fuego la guerra escribió en sus páginas. Por tal razón, mediante un homenaje, la comunidad, la Administración Municipal, la Unidad de Víctimas, la Gobernación de Antioquia, entidades del municipio y algunos sobrevivientes de esos fatídicos tres días de 1999, rindieron tributo a quienes fueron despojados de sus vidas en esas 30 horas de ataque armado.
La guerrilla de las Farc “con un carro bomba, morteros, cilindros bomba y de gas destruyeron la Alcaldía, tiendas, viviendas y la estación de Policía, dejando en ruinas un total de cuatro cuadras en cuestión de horas”. Allí, en el ya reconstruido parque principal, este martes primero de agosto la comunidad salió para elevar, esta vez, una mirada al cielo y recordar a quienes no están.
“Es difícil pedirle a una madre, a un padre, o a un hijo que perdió a su papá, que lo olviden. Pero hoy tratamos de decirles: desarmemos el corazón y perdonemos. Esa es la única forma de vivir la paz”, dijo durante el evento Carlos Arturo Marín, alcalde de Nariño.
Entre lágrimas, globos y banderas blancas, la esperanza logró alzarse una vez más entre el pueblo nariñense. Después de una celebración eucarística en la iglesia del municipio, cerca de mil personas se desplazaron hacia el lugar donde el carrobomba detonó la última masacre, para consignar en un mural la frase “Nunca más”, como acto decidido de rechazo a la guerra.
“Justo hace dieciocho años se sentía la desolación, el abandono y la tristeza. Hoy tenemos la esperanza, contemplamos ese deseo de seguir adelante por la construcción del futuro para los nuevos hijos de Nariño”, indicó el hombre que hoy es Alcalde y que dieciocho agostos atrás también fue víctima.
