“Nos quedamos solos”, así describió el personero del municipio de Nariño, Víctor Murcia, la difícil situación que afronta la localidad a raíz de las amenazas de grupos ilegales, y que en este caso llevaron al cierre de una de las dos estaciones de gasolina que hay en la localidad.
La que cerró es la ubicada dentro del casco urbano —la otra está a cinco kilómetros de ese lugar—, situación que tiene afectados a los conductores hace tres días.
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“Las posibilidades que tienen las autoridades locales para reaccionar ante estos delincuentes son mínimas, el gobierno departamental debería ponerle la lupa a la situación. Seguimos esperando qué medidas van a tomar para devolverle la tranquilidad a los habitantes”, dijo el personero.
Las amenazas, según el coronel Daniel Mazo, comandante de la Policía en Antioquia, estarían siendo coordinadas por alias Camilo, delincuente por quien se ofrece una recompensa de hasta $40 millones para capturarlo.
Hasta el momento no está claro si los delincuentes, además de obligar al propietario a cerrar la estación, también hicieron exigencias económicas.
La administración municipal no se ha pronunciado sobre el hecho.
