En el pintoresco municipio de Argelia de María, ubicado en el Oriente antioqueño, se vivió una escena digna de un cuento de hadas. Mariana Muñoz Daza, una joven de quince años, decidió celebrar su cumpleaños de una manera que quedará en la memoria de todos los residentes: llegó a la celebración eucarística montada a caballo, un acontecimiento inusual y mágico para la comunidad.
Era domingo 2 de junio. El sol brillaba intensamente sobre las calles de Argelia cuando Mariana, vestida con un espléndido vestido azul que evocaba a la princesa Cenicienta, apareció a lomos de un hermoso caballo. Sus largos cabellos oscuros ondeaban suavemente al viento, mientras los vecinos se detenían a admirar la estampa de la joven, quien parecía salida de un libro de cuentos.
“Este sueño y momento tan especial para mí, que nunca olvidaré, se pudo realizar gracias al esfuerzo que realizaron mis padres”, compartió emocionada Mariana. Desde pequeña, Mariana había soñado con celebrar sus 15 años como en un cuento de hadas, y su visión se centraba en llegar a la iglesia a caballo, vestida como Cenicienta, "para mí esto era muy importante porque marcaría el inicio de mi propio cuento de hadas", afirmó la festejada.
Leer más: Listo el sorteo de octavos de final de la Copa Sudamericana. ¿Quién será el rival del DIM?
Claudia Muñoz Daza, la madre de Mariana, no pudo contener su orgullo y alegría. “Mariana siempre ha sido una niña muy educada y responsable, cuida de sus hermanos pequeños y no es fiestera. Por eso quería hacer de su fiesta de 15 algo verdaderamente memorable”, comentó Claudia, con una sonrisa que reflejaba la satisfacción de haber cumplido el sueño de su hija.
Mariana actualmente está cursando octavo grado en un colegio de su pueblo, a su celebración quiso invitar, no solo a sus familiares, sino a sus amigos de la institución educativa. "Ellos también me apoyaron cuando les compartí la idea de lo que pensaba hacer, nunca se rieron o menospreciaron mi deseo. Incluso entre varios planearon el cómo vestirse de manera igual", manifestó la quinceañera.
La realización de este sueño no hubiera sido posible sin la generosidad de Nacho, un vecino de la localidad conocido por todos. Al enterarse del deseo de Mariana, Nacho no vaciló en prestar su caballo y arreglarlo especialmente para la ocasión. El caballo, adornado con cintas y flores, complementaba perfectamente la imagen de cuento de hadas que Mariana había imaginado. "Esto es una muestra de que la felicidad se encuentra en las cosas sencillas, y que no es necesario tener mucho dinero para cumplir los sueños de los hijos", enfatizó Claudia.
"También elegí ir a caballo, porque quería demostrar el amor que tengo hacia ellos desde muy niña, también quería hacer un homenaje a mi pueblo, ya que hace parte de nuestra tradición e identidad", dijo Mariana Muñoz.
La llegada de Mariana a la iglesia no solo cautivó a los presentes, sino que también atrajo la atención de personas de otros municipios de la región, quienes se sintieron conmovidos por la singular y encantadora celebración. La sonrisa de Mariana reflejaba la felicidad no solo por la realización de su sueño, sino también por el cariño y apoyo que recibió de la comunidad.
El evento se convirtió en un símbolo de amor y apoyo familiar en Argelia de María. La historia de Mariana Muñoz es un testimonio de cómo las historias de ensueño pueden hacerse realidad: en un día soleado de junio, una joven se convirtió en princesa por un día, y su cuento de hadas dejó una huella imborrable en el corazón de todos los que fueron testigos de su mágica celebración.
