“Cuando comencé con Asomedea mis hijas eran muy pequeñas, entonces mis hijas se criaron en el trabajo porque no tenía quien me las cuidara, incluso, una de mis hijas ya es grande y ya trabaja en la asociación, es muy satisfactorio saber que fui una madre presente y que uno les está enseñando las cositas y ahora ella ya sabe todo. A Asomedea también le debo mi casa porque estando en la asociación pude sacar el crédito y la voy pagando”, cuenta con profundo cariño Claudia Botero, una de las fundadoras de Asomedea.
En el corazón de Abejorral nació un proyecto que ha transformado vidas y comunidades: la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Abejorral (Asomedea), una iniciativa, liderada por Tulia Uribe, una de las mujeres fundadoras, que ha sido un faro de esperanza y desarrollo en el municipio.
La historia de Asomedea es la de un sueño convertido en realidad. Tulia, con una larga trayectoria de trabajo con mujeres, decidió dedicarse a hacer algo por su amado pueblo al llegar a él. Reunió a 13 mujeres y juntas fundaron esta asociación con el objetivo de generar oportunidades de trabajo y desarrollo humano para las mujeres de la comunidad.
Los inicios fueron difíciles. Con escasos recursos y sin experiencia previa en emprendimiento, se enfrentaron a desafíos abrumadores. Sin embargo, la determinación y la creatividad de Tulia y su equipo no conocían límites. Descubrieron una oportunidad en la fabricación de patacones para una empresa en Medellín y, con el apoyo de la parroquia, comenzaron su primera aventura empresarial en el año 2010.
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A medida que superaban obstáculos, evolucionaban. Con el tiempo, dejaron atrás la producción de patacones y se aventuraron en la elaboración de caramelos, gracias a una receta enviada por una amiga desde Estados Unidos. Estos caramelos se convirtieron en un éxito, consolidándose como el mejor dulce del Oriente Antioqueño.
El crecimiento continuó con la diversificación de productos, incluyendo papitas, maduritos, chocolates y galletas de mantequilla, cada uno con su propia historia de innovación y dedicación. Más tarde, incursionaron en el mundo del café, convirtiéndose en un punto de referencia para los amantes de esta bebida en el municipio.
Pero Asomedea no es solo una empresa, es una familia. Con el tiempo, se han convertido en un equipo unido, donde cada integrante se apoya mutuamente como en una gran hermandad. La asociación no solo ofrece oportunidades de trabajo, sino que también brinda un ambiente acogedor donde las mujeres pueden crecer y desarrollarse tanto profesional como personalmente.
Claudia Botero, quien también es fundadora de Asomedea, expresa que:
“Tenemos un equipo de trabajo muy bueno, porque a pesar de ser compañeras de trabajo ya nos vemos como familia. Entonces somos como diez hermanitas, todas nos ayudamos, nos colaboramos, además los hijos de cada una han crecido con nosotras, entonces uno tiene un montón de sobrinos, porque lo ven a uno como familia, también nos organizamos los horarios para que cada una pueda dedicarle más tiempo a sus hijos”.
En la actualidad, Asomedea es un ejemplo de éxito y resiliencia. Con un mágico espacio en el parque de Abejorral y una variedad de productos de calidad, continúan su misión de empoderar a las mujeres y contribuir al desarrollo de su comunidad. Tulia y su equipo no solo han construido un negocio próspero, sino también un legado de inspiración y esperanza para las generaciones futuras.
Así, la historia de Asomedea es un recordatorio poderoso del poder transformador del trabajo en equipo, la pasión y la perseverancia. En un mundo lleno de desafíos, estas mujeres han demostrado que con determinación y solidaridad, cualquier sueño es alcanzable.